La experiencia de convertirse en pequeños agentes de tránsito, la realizaron en la intersección de las calles 1201 y 1288, acompañados de docentes e inspectores.
Los chicos detectaron que la infracción más cometida fue la falta de uso de cinturón de seguridad, seguida de la falta de casco.
Además, labraron la boleta de la vergüenza a peatones que no respetaron las normas, a conductores por el pasar el semáforo en rojo y a ciclistas por circular sin medidas de seguridad.
En este contexto, los pequeños infractores expresaron su alegría por salir a la calle y esta vez, ellos, dar clases a los más grandes acerca de cómo deben circular en la vía pública. “Hoy enseñé a los conductores la importancia de respetar las señales de tránsito. Y les digo a todos los padres que usen el cinturón de seguridad, así salvan sus vidas”, aconsejó Anabela Martínez a los vecinos.
Por otro lado, la docente Gladys Pavón agradeció la iniciativa del intendente Julio Pereyra de impulsar a la enseñanza sobre el cuidado de la vida y la concientización de la sociedad a través de los niños.
Luego de salir a la calle y realizar las multas simbólicas a aquellos conductores y transeúntes que no respetan las normas de tránsito, los niños continuaron la jornada educativa en el establecimiento donde recordaron la experiencia y repasaron lo aprendido.
Vale recordar que el objetivo de este programa es que los alumnos lleven a cabo una experiencia real en la vía pública en la que se conviertan en “agentes de tránsito” para dialogar y aconsejar, a través de la confección de la “Boleta de la Vergüenza”, tanto a peatones como automovilistas.
De esta manera, el plan recorrerá los distintos establecimientos educativos a fin de entender que a la seguridad vial la hacemos entre todos.
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