La experiencia se realizó en el cruce de la ruta 36 y La Esmeralda, donde se encuentra el ingreso al complejo habitacional en el que está el establecimiento educativo que en la semana llevó adelante clases de educación vial.
Los alumnos con sus chaquetas identificadoras y el talonario en mano de la “Boleta de la Vergüenza” detectaron que vecinos cruzaban la arteria de alto tránsito inadecuadamente sin usar el puente peatonal, el cual fue colocado para evitar accidentes.
Una de las pequeñas inspectoras que labró las actas de valor moral, Sharon, destacó: “lo que hacen más mal, es no usar el cinturón de seguridad”.
En referencia al operativo de tránsito efectuado por alumnos, uno de los conductores, Rubén de Ramos Mejía, afirmó: “Me parece bárbaro porque desde chicos deben inculcarle educación vial”.
Por otra parte, un taxista de Capital Federal, expresó: “está perfecta la enseñanza que nos marcan los chicos; en Capital no hacen estos controles y se maneja muy mal”.
En este marco, la docente responsable, María Rosa, sostuvo: “nos dieron una clase muy rica de conocimientos, y es importante que los chicos lo apliquen en la calle. Hoy hubo conductores que lo tomaron bien, otros se pusieron nerviosos, pero lo más importante es que se tome conciencia desde los chicos a los grandes”.
Vale recordar, que este Programa de Prevención y Educación Vial “Boleta de la Vergüenza” se implementó en el distrito desde 1997 con el objetivo que los alumnos lleven a cabo una experiencia real en la vía pública en la que se convierten en “agentes de tránsito” para dialogar y aconsejar, a través de la confección de la Boleta de la Vergüenza, tanto a peatones como automovilistas.
Previamente, en el aula de la escuela recibieron una clase especial de señales y normas de tránsito a cargo de coordinadores viales de la comuna.
De esta manera, recorrerá los distintos establecimientos educativos a fin de entender que a la seguridad vial la hacemos entre todos.
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