lunes, 17 de diciembre de 2012

No hubo funcionarios K, pero sí algunos intendentes




Mientras Daniel Scioli convocaba a “la fuerza de la fe”, las chicas señalaban las viseras de sus gorras naranjas con la inscripción “Yo creo”. A esa premisa voluntariosa, y a la música festivalera se remitió el acto para no condicionar a intendentes kirchneristas como Julio Pereyra (Florencio Varela), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Hugo Curto (Tres de Febrero). Fueron la única representación K.




Todos explicaron que las presencias eran institucionales.



El gobernador exhibió, antes que cualquier discurso, el poder del estado. Y en este reparto de planes, subsidios, becas y programas sociales, se relegan los pruritos políticos.



Allí estaban los alcaldes, Pablo Bruera (La Plata); Enrique Slezack (Berisso); Daniel Di Sabbatino (San Vicente); Alberto Descalzo (Ituzáingo), y Joaquín De La Torre (San Miguel), entre otros. A los saludos, entreverados con el músico Charly Alberti o Mariana Díaz. Y evadiendo “cholulaje” por la llegada imprevista de Julio Iglesias al palco presidencial del estadio Unico, donde estaba el gobernador. Desde esas alturas la bandera de “Jóvenes por Scioli” en la tribuna lucía prolija, nada incómoda para la visita política de los intendentes.



Era un acto despojado, sin condimento partidario explícito u oleaje peronista con consignas. Apenas un colgante del senador “De Fazio Quilmes”, de mucho menor despliegue que el naranja de un tal Ismael Agüero o el “Plan Más Vida”.



En ese corsi e recorsi entre la política y el espectáculo, o quizás en la fusión de ambos, Scioli se sintió a sus anchas.



Un escenario de ring, cámaras y la mención al “más grande cantante latino”, por Julio Iglesias, quien devolvería gentilezas al “amigo” gobernador.



En espera de Cacho Castaña, “un sentimiento de Buenos Aires”. Mientras, Scioli ensayaba próximo abuelazgo en el escenario con su hija Lorena y su esposa, Karina Rabolini de la mano. La postal que lo entusiasma.



Es un precandidato presidencial no oficializado. Como toda anticipación asume riesgos y el kirchnerismo recela de tanto protagonismo. Ayer, Nacha Guevara ayudó a la templanza con un párrafo de la opera Evita: “ Qué podré decirles para convencerlos de mi verdad” . Scioli suele anotar fraseología. Y esta es adoptable. En línea con la arenga del animador a los gritos convenciendo “Se puede”.



Casi de noche, era tiempo del regreso de miles de beneficiarios a sus casas, para desazón de “La Mosca” que tocó sin multitud.   CLARIN.COM

No hay comentarios:

Publicar un comentario