sábado, 15 de diciembre de 2012

¿Quién se pone la gorra?



LECTORES DEL DIARIO EXPRESARON EN LA SEMANA SU BRONCA

Los hinchas de Defensa apuntan a la vergonzosa organización de seguridad del club por los incidentes del sábado pasado. El fantasma del negocio detrás de los disturbios.
Son hinchas. No animales. La pasión por un equipo de fútbol es inexplicable. El amor de los simpatizantes del club Defensa y Justicia no tiene límites. Y merecen respeto. Lo siguen en las buenas y en las malas. Aún cuando el equipo no rinde como en los últimos tiempos, los tablones se llenan. Y están los que gastan un buen dinero para participar de extensas caravanas en colectivos para ver y transpirar por la camiseta en territorio visitante.


Lo que ocurrió el fin de semana pasado es una verdadera vergüenza. La bronca se manifestó en distintos llamados telefónicos a la redacción de Infosur que en su portal web había publicado las fotos. “Hagan una nota para que no vuelva a pasar”, nos pidieron una decena de enervados hinchas que quieren que se los trate con respeto.

El sábado pasado todo transcurría por los carriles normales, es decir, la voz del estadio anunciaba que la gente de Defensa debería esperar por lo menos veinticinco minutos para salir de estadio. Todo esto se hizo para que los simpatizantes Huracán se puedan ir en orden y con tranquilidad. Pasados cinco minutos del tiempo estipulado los varelenses se empezaron a poner nerviosos, hacía calor, no había agua (ver aparte), primero silbidos, luego insultos, gritos, se empezaba a complicar la situación.

Las autoridades dieron el visto bueno y se abrió el portón, de las tres salidas habilitadas, se abrió una, la más chica. Miles de hinchas del Halcón por un “portoncito” de tres metros de ancho, una verdadera incitación a que el azar defina la situación, y falló en favor de la desorganización y de los que sacan rédito con el problema de seguridad en los estadios.

Al abrirse el portón los hinchas empezaron a hacer presión para salir y los que estaban por delante se abalanzaron, sin quererlo, por inercia sobre el cordón policial y allí se desató la locura, y se dice locura porque no hay otro calificativo para la reacción de los que deberían velar por el orden. Gas pimienta, bastonazos, balas de salva y de goma, todo contra el publico varelense. Padres y madres con sus hijos en brazos corrían desesperados buscando alejarse del lugar, otros ingresaban nuevamente al estadio, otros utilizaron camino de la represalia, las piedras, los hinchas hicieron retroceder al cordón policial a pedradas, un efectivo resultó herido, se vivieron momentos de mucha tensión, le gente estaba indignada, se ponía cara a cara de los efectivos de la guardia de infantería, los insultaban algunos y otros pedían una explicación a lo sucedido, ellos casi todos inmutables, menos uno, usaba anteojos negros, que con su mano hacía gestos, el clásico movimiento, sigan su camino, vamos, váyanse, eso les decía enardeciendo aún más a los hinchas.

Locura, vergüenza, desidia, todo en una tarde que debería haber sido de fiesta, hubo ganadores y perdedores, Defensa y Justicia definitivamente perdió, porque seguramente los que deben prevenir, llámese APREVIDE, estarán analizando una sanción al estadio, y así justificar el costoso operativo policial que tuvo que desembolsar Defensa, $38000. La pregunta del millón es: ¿Por qué traer guardia de infantería de Bahía Blanca? Los infantes de la zona tuvieron que ir a la cancha de Lanús y por esto se trajo desde 800 kilómetros a efectivos que seguramente estaban cansados, con mucho calor, con el uniforme que seguro ya después de tantas horas de trabajo les pesaba, y con ganas de irse rápido a sus casas, sin pensar que detrás de esos individuos con colores verde y amarillos a los que golpeaban hay un ser humano, que se está cansando de ser maltratado en las canchas del fútbol argentino. Los ganadores por este episodio seguramente serán los organismos de seguridad que para el próximo partido van a pedir más de 300 efectivos que es lo que se venía manejando hasta ahora, aunque por lo visto el fin de semana no parecía haber esa cantidad de policías, y un párrafo aparte a los dos agentes femeninos y al agente masculino que estaban dentro de un auto escuchando música mientras se disputaba el encuentro.



Grave falta de previsión

Una hora antes del inicio del encuentro explotó un transformador de Edesur que dejó al barrio sin luz y por ende la situación fue complicada para todos, las transmisiones de radio hicieron malabares para salir al aire, las bombas de agua no funcionaban, no había agua en los baños, hacía calor, el mal humor se empezaba a apoderar de la jornada.

Defensa está jugando en la B Nacional, a un paso de Primera División, esto no puede volver a ocurrir, si no hay plata para comprar un generador de emergencia, hay que alquilar o pedir prestado uno. Hay que ponerse los pantalones largos, hay que trabajar para mejorar, por los pasillos se escuchaba decir: “No puedo estar en todo”, señores llegó el momento de que los dirigentes profesionalicen su actividad, que no sean solo tres los que toman las decisiones, es momento de delegar algunas cuestiones, no puede haber un “hombre orquesta” en Defensa, no le sirve a nadie, ya estamos en el final de 2012 aunque algunos actúen como en el ´78 cuando Defensa arrancaba en la “D”.

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