sábado, 1 de junio de 2013

Las maestras jardineras viven un Infierno del que nadie habla

Digamos que se llama Graciela. Hace 19 años que es maestra jardinera y enfrenta, lamentablemente, los resabios de la violencia a la que son sometidos los chicos por la pobreza, el maltrato o el abandono. Los pupitres hablan y los maestros contienen. Pero Graciela, y otras miles, pasaron el peor día de la Maestra Jardinera el 28 de mayo pasado. Cuando daba clases en su escuela sintió una rara sensación. Alguien la miraba por la ventana que da a la calle. De reojo, con algo de disimulo, miró y no pudo creer lo que observaba: la madre de uno los chicos de la salita rosa la grababa con un celular. “Es para ver lo que pasa en el aula”, le explicó la joven que apenas pasa los 20 años de edad. Y, fue entonces, que Graciela sintió que su profesión está al filo del peligro.
Hace poco tiempo una maestra fue nokeada de un puñetazo por un padre cuando la docente se negó a atenderlo en horario de clases, otra trama de la situación por las que toca atravesar en la actualidad. Las denuncias de abusos sexuales presuntamente cometidos en jardines de infantes de Florencio Varela, Berazategui y en el barrio porteño de Belgrano, junto al Tribilín de San Isidro conocidos públicamente en los últimos tiempos los ponen contra la espada y la pared. La noticia publicada por Infosur que dio cuenta de los resultados de las primeras medidas judiciales sobre el caso del jardín 908 de Florencio Varela permitió que miles de docentes expresaran la angustia y el desconsuelo por el que están pasando en la actualidad. Fue así, mediante un correo electrónico, que conocimos la historia de Graciela. Es necesario parar la pelota y poner las cosas en su punto justo. Si, en efecto, la Cámara Gesell dio negativa sobre los casos investigados en Varela. ¿Qué va a pasar con la maestra denunciada? ¿Podrá volver a trabajar como antes? Los medios nacionales que transmitieron en una virtual cadena nacional desde el jardín 908 exponiendo a todos los chicos no se hicieron eco, hasta ahora, de la noticia. Los destellos de las luces de las cámaras de televisión se trasladaron esta semana a Berazategui y ni amagan a regresar por la zona. Se mudarán a la próxima denuncia. Casi quince mil comentarios en la página de la red social de Infosur dan cuenta de que las maestras también exigen la investigación de los casos en las que denuncian abusos. No obstante, sostienen que las medidas de seguridad para esa situación son tenidas en cuenta. La situación actual respecto de este tema en nuestro país es compleja. El número de casos que llegan a los servicios hospitalarios y a los juzgados aumenta año a año, y sin embargo no hay coincidencia en el ámbito profesional, sobre las causas de este incremento. Uno de los pocos trabajos serios al respecto, publicada en julio del 2010 por la "Revista Derecho de Familia”, arroja un dato para el estudio. El 55 por ciento de los abusos cometidos contra chicos ocurre en el ámbito familiar o en la casa de algún conocido donde se menciona a los abuelos o a algún amigo. No aparece en esa estadística el abuso en un edificio escolar. Esto, claro está, no quiere decir que no haya existido, sino que los casos no llegan a marcar un índice. En ese contexto, la mayoría de los docentes, se convierten en testigos desesperados e impotentes de la furia y la perversión contra los infantes, más que en victimarios. Un tema para seguir debatiendo en profundidad.

Infosur Diario

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