Una nueva preocupación se sumó a la agenda de Cristina
Kirchner. La Presidenta recibió la noticia de que v arios intendentes del
Frente para la Victoria del conurbano y el interior bonaerense sufrieron el
"efecto relajamiento" y comenzaron a sacarle el cuerpo a la campaña
electoral del candidato a diputado kirchnerista, Martín Insaurralde.
La Casa Rosada no le quita la mirada a Ezeiza, Florencio
Varela, La Matanza y a distritos como Esteban Echeverría, donde gobierna
Fernando Grey. Son los municipios clave de la tercera sección electoral, donde
está el núcleo duro del voto kirchneirsta, pero el massismo podría emparejar.
"La diferencia en favor de Sergio Massa (Frente
Renovador, FR) se estira y supera los diez puntos sobre Insaurralde. Y los
nuestros no quieren perder las elecciones en sus feudos", confió a LA
NACION un funcionario de la jefa del Estado.
Por ello, en Olivos caló hondo la idea de que esos caudillos
jugarán a dos puntas en las elecciones legislativas del 27 de octubre. Esto es:
promoverían el corte de la boleta del FPV en sectores reacios a votar al
Gobierno.
La maniobra no es nueva. Y se repite en el PJ cada vez que
un liderazgo desplaza a otro: los caciques asegurarían el voto por su lista de
concejales, para garantizarse el control de sus concejos deliberantes, a cambio
de intercalar la boleta de Massa para diputado nacional, en desmedro de la de
Insaurralde.
"Si los intendentes pierden la mayoría en sus concejos
deliberantes, en una semana les hacen juicio y los destituyen", graficó un
operador del kirchnerismo. Además, descuentan que si el FPV sufre una dura
derrota muchos correrán a hablar con Massa luego de los comicios.
Este fenómeno comenzó a preocupar más en Balcarce 50 luego
de la violenta agresión de militantes y punteros del FPV a una caravana de
Massa en La Matanza, el domingo último. Cristina posó su mirada sobre el
intendente matancero, Fernando Espinoza.
"Fue gente de Espinoza. Pero él no lo digitó: son esas
bandas autosuficientes que los querés matar, pero no podés porque son tuyos y
los necesitas para los actos y las elecciones", comentaron a LA NACION
cerca de Cristina. Todos en Balcarce 50 interpretaron que el mayor perjudicado
sería Insaurralde.
La suspicacia sobrevino cuando Espinoza se solidarizó
públicamente con Massa y lo llamó por teléfono para ponerse a su disposición.
"Massa y Espinoza parecieron dispuestos a congraciarse
mutuamente", dijeron puertas adentro del Gobierno. "Cada intendente
hace su negocio por debajo de la mesa", agregaron. Los intendentes niegan
esos acercamientos.
Massa obtuvo mas votos que sus candidatos a concejales en La
Matanza. Esa tendencia se podría acentuar en octubre y lo mismo podría ocurrir
en otros distritos.
En Balcarce 50 vislumbran que muchos intendentes se acercan
con disimulo a Massa, mientras que los gobernadores confían más en el
mandatario bonaerense, Daniel Scioli, con miras a las elecciones presidenciales
de 2015.
"Varios intendentes que compiten contra gobernadores en
sus distritos juegan con Massa para enfrentarlos", señaló un funcionario.
Pero en el conurbano, el Gobierno sigue de cerca a los
viejos barones. Uno es el intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, el más
enojado con la Casa Rosada, junto con su par de Florencio Varela, Julio
Pereyra. Cristina habilitó en sus bastiones listas de concejales de Nuevo
Encuentro, de Martín Sabbatella, y Massa ganó en Ituzaingó y casi empató en
Florencio Varela.
"En estos municipios puede haber sorpresas", se
atajan.
También el Gobierno tiene en la mira a Avellaneda, donde
perdió Insaurralde, aunque el intendente Jorge Ferraresi está enfrentado con el
massismo. Las desconfianzas están a la orden del día. Scioli busca contener la
fuga de intendentes y para ello nombró a Alejandro Granados, de licencia en
Ezeiza, como ministro de Seguridad.
De todos modos, la Casa Rosada no le quita la mirada a
Ezeiza, Florencio Varela, La Matanza y a distritos como Esteban Echeverría,
donde gobierna Fernando Grey. Son los municipios clave de la tercera sección
electoral, donde está el núcleo duro del voto kirchneirsta, pero el massismo
podría emparejar.
Mucho más aún preocupa la reacción de los barones de la
primera sección electoral, donde Massa arrasó y ampliaría su ventaja. Sospechan
que Descalzo, Mariano West, de Moreno; Raul Othacehé, de Merlo; Hugo Curto, de
Tres de Febrero, y Carlos Urquiaga, de José C. Paz, le aumenten el caudal al
intendente de Tigre y candidato del FR.
De todos modos, Cristina Kirchner parece resignada, porque
ella misma se despegó de la campaña diaria de Insaurralde y se limitó a hacer
anuncios de rebajas de impuestos, aumentos de asignaciones y entregas de
viviendas. Los responsables de una potencial debacle electoral serán Scioli e
Insaurralde. Buscará instalar al gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri,
como candidato presidenncial para 2015, Pero no es aceptado ni por los
intendentes ni por los gobernadores.
Lanacion.com
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