lunes, 4 de noviembre de 2013

Pastillas de naranja y dos chicles



Es un dolor muy reciente. La familia Fabatier, de Florencio Varela, acaba de perder a Oscar. Lo mataron hace 22 días. Y 24 horas después del crimen cumplió 36 años su mujer, Patricia. “Fue el peor cumpleaños de mi vida”, le hace saber a Clarín. La pareja tenía una hija de 4 años. Hace unos días, la nena salió del jardín y fue al kiosco con su mamá. Allí compró pastillas de naranja y dos chicles de frutilla.
No fue un acto caprichoso, sino un modo de recordar a su papá, quien cada vez que la buscaba repetía el mismo rito: las pastillas para ella, los chicles para papá y mamá. “El domingo 13, cuando estábamos en el sepelio, era el cumpleaños de mi nuera. No se lo deseo a nadie”, dice a Clarín María Esther Paredes (56), mamá de Oscar y esposa de Delmo (59). “Él era el pivot en el grupo familiar, cuando había un problema aparecía él para resolverlo”, añade la docente. “Es una muerte absurda. Nos deja un dolor infinito y un vacío enorme”, señala Paredes, mamá de otras dos hijas, una enfermera y la otra maestra jardinera. “Hay que repensar sobre el valor de la vida y que esa gente pueda aprender. Así como hay muchos que creen que el otro no vale nada, nosotros podemos dar el ejemplo de que a la vida hay que cuidarla”, reflexiona. 

Esteban Mikkelsen Jensen
clarin.com

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