viernes, 7 de febrero de 2014

Hondo pesar en el velorio del Bombero Maximiliano Martínez














El padre de Maxi le regalo a los Bomberos Voluntarios Varelenses la bandera que le entrego la Policía Federal por la muerte de su hijo La angustia, el dolor, la congoja y la impotencia marcaron cada minuto de estas últimas horas. Maximiliano Martínez (30) fue uno de los nueve héroes que encontraron la muerte en la tragedia de Barracas. Los bomberos de la Policía Federal que murieron en el incendio y derrumbe de una planta de almacenamiento de documentación en Barracas fueron velados desde la medianoche de ayer en el Salón Dorado de ese cuerpo, ubicado en avenida Belgrano y Virrey Cevallos, de Capital Federal.
Los restos de Maximiliano Martínez, estuvieron junto a sus compañeros hasta las primeras horas de esta mañana. Luego fueron trasladados a Florencio Varela, y a partir de las 9 hs. estuvieron en la cochería Sellas, de avenida San Martín 2451, del citado partido. Allí familiares, amigos, vecinos y compañeros se fueron fundiendo en infinitos abrazos para contener la enorme tristeza que embargaba a todos. Maxi, estuvo cinco años en el querido cuartel de Bomberos Voluntarios de Florencio Varela, allí comenzó su carrera y se convirtió en un profesional de primera línea. Hace más de un año había ingresado a la policía federal precisamente a la División de Bomberos. A mediados de junio del año pasado, se había mudado con su pareja a Wilde, y poco tiempo después con lagrimas en sus ojos decidió debido a la falta de tiempo renunciar al cuartel local. Ricardo, su papá, en declaraciones exclusivas a El Radar nos dijo “Maxi era una gran persona, un buen hijo, excelente ser humano, él no murió esta a mi lado, él sabía lo que hacía y a los peligros que se exponía. Tenía pasión por su trabajo. No sé si voy a poder superar su perdida, el amor que tenia por mi hijo es indescriptible. Esto es lo único que me queda de mi hijo (dijo mostrando la gorra de bombero), la voy a besar todos los días” Ricardo trata de sobrellevar el dolor, pero la realidad lo golpea duro, y llora en silencio su angustia incomparable. El intendente Pereyra se acerco a dar el pésame a los familiares. Ricardo reunió a todos los bomberos en la puerta de la cochería y les dijo “Hoy me entregaron el cuerpo de mi hijo, me destrozaron el alma y me dieron esta bandera… una bandera… yo quería a mi hijo (las palabras se le cortan y se convierte en sollozos), esta bandera se las quiero dar a ustedes, porque la van a usar con mucha más gloria, en mi casa va a quedar a un costado, ustedes le van a dar el honor necesario, ahora va a ir tapando el ataúd de mi hijo, después llévensela, es todo lo que me dieron… pido que por favor no se olviden de lo que sucedió, que no se olviden de mi hijo” Los restos del héroe fueron inhumados en el cementerio local. El orgullo de ser bombero, dar todo de sí sin pedir nada a cambio. Maximiliano Martínez fue un honor haberte conocido y estarás presente, ahora y siempre.

 El Radar del Sur

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