En Varela se venera al Gauchito Gil con una gran fiesta popular

Todos los fines de semana, con banderas rojas flameando, empanadas, asado y comidas del litoral, los vecinos de La Carolina veneran al "Santo del pueblo" como lo hacen desde hace 14 años. Al son de la música chamamecera los vecinos de La Carolina, de Florencio Varela, veneran al Gauchito Gil, como lo vienen haciendo desde hace 14 años. Pero claro, la reunión de mayor convocatoria se genera cada 8 de enero, en que se le rinde culto al "Santo del Pueblo". No sólo acude la gente de la zona, sino de localidades vecinas y de otras provincias. Los hijos de la señora Mamani, fundadora del lugar, aseguran que para el 8 de Enero pasado concurrieron al lugar más de 10.000.
El santuario está ubicado junto al salón donde la multitud come, bebe y baila con sus trajes típico, de cada provincia del país. La entrada tiene un costo de $30 y con ello se presencia a lo largo de cada jornada (sábado y domingo) la actuación de distintos grupos musicales que rescatan nuestra cultura. El animador de cada jornada es Gaspar Acosta quien conoce de gustos musicales y celebra cada fin de semana la presencia de miles de compatriotas que regresan por varias horas a la raíces de sus pueblos, del interior del país. El lugar es coordinado de la Asociación Cultural Gauchito Gil de La Carolina. "Esta fiesta va creciendo cada 8 de enero porque el Gauchito Gil es un santo que el mismo pueblo lo va ensalzando", se dijo desde la entidad. El Campito de La Carolina, como se lo conoce al lugar donde se levanta el santuario, está ubicado sobre Diagonal los Quilmes, en un barrio muy humilde de Ingeniero Allan, en Florencio Varela, frente a los talleres y administración de la empresa de colectivos Primera Junta, linea 324. Esta gran fiesta de los seguidores del Gauchito Gil, donde la música del acordeón vibra en sus cuerpos y alegra sus corazones, tiene el rojo como símbolo de la lucha de aquel joven correntino, y la esperanza como estandartes. Este es otro de los lugares de convocatoria masiva en nuestro distrito. En silencio el templo del Gauchito Gil fue creciendo para convertirse en el lugar donde los fines de semana se puede bailar, disfrutar de comidas típicas y ser participes del sentir nacional.