Ustedes hacen homenajes a personalidades importantes de
nuestra historia reciente, como J. W. Cooke, Arturo Jauretche, Rodolfo Walsh,
Paco Urondo y algunos más, ¿Piensan acaso que estas personas, si estuvieran
vivas apoyarían este gobierno? ¿Piensan por ventura que alguna de estas
personalidades estaría de acuerdo con un gobierno que defiende a personajes
siniestros como Amado Boudou, o Julio De Vido, o Lázaro Báez, o Cristóbal
López, o Rudy Ulloa, solo por nombrar algunos? Creen, por ejemplo, que Evita
hubiera permitido entrar a Monsanto, Chevrón o la Barrick Gold?. ¿Se imaginan a
Jauretche o Rodolfo Walsh apoyando un gobierno (que se dice revolucionario) de
una familia millonaria del sur, propietaria de un hotel internacional valuado
en más de 9 millones de dólares?
El gran imperio del norte, al que todos los gobiernos, salvo
los del General Perón, (Uno lo sacaron, matando cientos de personas inocentes y
otro lo mataron, o esperaron que se muera) tuvieron que rendir pleitesía,
(porque de lo contrario no podrían haber gobernado), trató de destruir el
peronismo por todos los medios. Lo intentó primero con la dictadura, matando a
los mejores dirigentes sociales y sindicales del país, luego por derecha, con
Carlos Menem y como no funcionó, lo volvió a intentar por izquierda, con los
Kirchner, pero tampoco le funcionó. ¿Por qué no le funcionó? Sencillamente
porque el peronismo ha sabido interpretar la cultura de este pueblo y mientras
exista el recuerdo del peronismo no habrá otro movimiento de masas que lo
reemplace.
Mientras este gobierno hizo una política peronista la gente
lo apoyó y el país creció y más tarde el pueblo todo le dio una nueva oportunidad
en el 2011, votando masivamente a esta presidente, pero ahí empezaron los
problemas, el más grave: la soberbia, que los llevó a mentirle al pueblo y ese
fue el peor de los pecados porque devino en el descreimiento, que es lo más
triste que le puede pasar a un gobierno; que su propio pueblo no le crea.
Y hoy nos encontramos con un país con problemas serios como
el narcotráfico, la inseguridad, la pobreza, los desbarajustes económicos, el
insipiente desempleo y una presidente que cuando habla repite slogan o
consignas, pero que no habla de los problemas que enfrenta su gobierno porque
si lo hiciera tendría que mentir.
En 1973, a días de asumir como presidente de la república,
el Dr. Cámpora recibió a un grupo de dirigentes de una organización guerrillera
que le exigían cargos en el gobierno, afortunadamente tuve oportunidad de
escuchar el diálogo. Los dejó hablar y finalmente les contestó: " El
General Perón dice que las revoluciones se hacen con tiempo o con sangre,
nosotros hemos elegido el tiempo, pero cuidado, no queremos que jóvenes
burócratas se apoltronen en los sillones del poder para cobrar jugosos sueldos
y vivir en los barrios más caros de la Capital".
Ese era el doctor Héctor José Cámpora que yo conocí y al que
los jóvenes militantes de entonces llamábamos cariñosamente; "El
Tío".
Sebastián Green
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