domingo, 11 de mayo de 2014

Defensa no traicionó su libreto y se acerca a la A












Defensa y Justicia se parece a un equipo de Primera. Y ese detalle mucho tiene que ver con una cita con la historia: el equipo de Florencio Varela nunca jugó en la máxima categoría del fútbol argentino.
Y es inmimente que eso suceda.
Anoche, como local, volvió a ofrecer su versión habitual: buscó, intentó, quiso, ganó. Otra vez, en su casa, demostró que es casi invencible: la de Defensa es la localía más exitoso de este temporada de la B Nacional (ganó 15 encuentros, empató tres y perdió apenas uno). ¿Una máquina? Sí, algo así. Lo del equipo de Diego Cocca en el segundo tiempo fue una demostración de que está uno o dos escalones por encima de casi todos los rivales de la categoría. Vale decirlo: la tabla no miente. Salvo el estupendo Banfield de Matías Almeyda, no hay rival que le compita en un marco de igualdad. Con el juego de ese mediocampo que merece todos los aplausos, con el convencimiento de un equipo que se anima a buscar sin inhibiciones, Defensa resolvió el encuentro en dos minutos.
Entre los 5 y los 7 del complemento, se adelantó 2 a 0 y simplificó lo que parecía complicado hasta entonces. Primero Washington Camacho cambió un rebote por gol. Luego, Nelson Acevedo presionó a los centrales, la quitó, combinó con Brian Fernández y definió. Dos a cero. De ese segundo gol brotó también un concepto que cuenta a este Defensa: sobre todo cuando juega de local, presiona en cada rincón del campo de juego. Entiende que en cualquier momento, en una situación así, puede acontecer una ocasión de gol. Hay otra virtud en el modo de jugar de Defensa: intenta siempre de un modo similar, con independencia del resultado. Ayer volvió a expresarlo: con el encuentro 2-0 siguió buscando, asociando a sus volantes en pos de llegar. Lo que sucedió en el último tramo del encuentro también retrata una debilidad: cierta comodidad en la tabla, ocasionalmente, pone en la cornisa de ciertas distracciones a Defensa. Facundo Callejo se aprovechó de una de esas inquietudes en el fondo. Tras una jugada de Matías Quiroga y de un rebote, el mediocampista descontó para el equipo jujeño. La incertidumbre duró poco. Uno o dos suspiros. Y una buena atajada de Fernando Pellegrino. También un buen contraataque resuelto por Claudio Guerra. Ese grito tardío, ya en el descuento, mucho se pareció al principio del festejo del ascenso a Primera.

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