Cuando sólo han transcurrido días del asesinato del contador Sebastián Calvi, de 51 años, una importante movilización (con 300 vecinos) puso a las autoridades de Florencio Varela frente a un desafío urgente: la seguridad. En un comunicado, exigen el esclarecimiento de ese caso y el freno de la ola de homicidios, secuestros, robos, hurtos y otros casos de vandalismo.
La convocatoria fue con el boca a boca, y de allí salió escrito el petitorio reclamando mayor presencia policial. Caminando, con velas encendidas, salieron de las Fiscalías Descentralizadas hacia la Municipalidad de Florencio Varela.
El petitorio se entregó al intendente Julio César Pereyra; otro al jefe distrital de la Policía, comisario Cano; al jefe del Comando, comisario Quinteros, y al ministro de Seguridad de la Provincia, Alejandro Granados.
Entre otras cosas, se solicitó mayor presencia policial con móviles que patrullen la ciudad a toda hora; más cámaras de seguridad en calles y avenidas con monitoreos permanentes y botones anti pánico; más y mejor iluminación en las calles y una respuesta más rápida de las fuerzas de seguridad ante las denuncias vecinales.
Además se solicitó la colaboración de la Gendarmería para que se sume a las tareas de prevención de los hechos delictivos.
Según informa el diario “Varela al Día”, hubo estampillas de civil (policías) que se infiltraron entre los manifestantes para conocer de cerca de qué forma se generaba el reclamo. Mientras estos policías se inmiscuían, los de caballería e infantería se mantenían a distancia. “Dieron verguenza ajena, pues los vecinos que marcharon no lo hicieron con garrotes y caras tapadas, y cuando las marchas son así, con garrotes y caras tapadas, la policía no está”.
La marcha finalizó en paz y sin incidentes, pero por el momento el crimen de Calvi sigue impune
El Día- La Plata
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