La mayoría de los varelenses saben que en la esquina de Pte. Perón y la peatonal Monteagudo «nace el viento», es uno de esos lugares que por sus características arquitectónicas o (vaya a saber uno) la fuerza del viento se manifiesta con mayor intensidad.
Este fenómeno no es nuevo en nuestra ciudad, se repite en cada otoño o invierno y se percibe con el volar de hojas, papeles y el agua que se desprende de las fuentes que tozudamente cada «genio» quiere instalar en esa emblemática esquina.
Como antecedente se tiene el antiguo adefesio ornamental que fue la primera fuente con chorros de agua y estructura metálica, que al poco tiempo de ser inaugurada era más el agua que caía por fuera de la fuente que el que se podía recuperar para el reciclaje.
Con el tiempo para salvar ese «papelón arquitectónico» la revistieron con placas de acrílico que le quitó toda la vista y le cambió la fisonomía, quedando un gran espacio disponible para que la gente lo usara como gran cesto de basura y hasta cementerio de animales.
Pero la apuesta se redobló y se volvió a la carga con otra fuente, bastamente estudiada y promocionada durante este año electoral que se inauguró en una fría noche del pasado mes de julio.
Como si el agua sobrara en Florencio Varela, se apostó nuevamente a una estructura hídrica, que aporta una visual elogiada por algunos y criticadas por otros transeúntes varelenses.
Pero nuevamente se ha caído en los mismos errores conceptuales que la anterior, su construcción defectuosa, hasta quizás apresurada, sin estudio de impacto ni consenso entre conocedores del tema hacen que al soplar el viento en la esquina donde este nace, el agua de la fuente se expanda por todo su alrededor y empape (literalmente) a quienes pasan por ahí.
Parece un cuento, pero es realidad…., ahora veremos que se les ocurre a los genios para solucionar este problema…. ¿Será otra protección de acrílico…, o una nueva fuente?
Periódico EL PROGRESO
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