(Por Claudio Blanco) Epico. La lluvia se encargó de darle ese toque especial, aunque el aguacero haya perjudicado a todos los espectadores que fueron ilusionados al Tomaghello, especialmente aquellos que de la mano llevaron a sus chiquitos. Defensa desplumó a las Gallinas en el Tomaghello. Le ganó a River 1 a 0, jugó mejor y se salvó del descenso. Nada más ni nada menos. Fue un miércoles soñado. Un día 14 reafirmando que esa es la cifra que mejor le cae al Halcón. Fue por la postergada fecha 19 y arbitró -mediocremente- Diego Abal.
El encuentro fue dominado casi en su totalidad por Defensa y Justicia. Y más allá de los pergaminos del rival, aún con nombres que no son titulares habitualmente, el equipo de Holan salió al campo de juego -impecable césped, como de costumbre- con una idea de juego clara que los protagonistas copiaron a la perfección. Tenían que ganar, no sólo por River en sí, sino para olvidarse del descenso por ésta temporada, por devolverle la sonrisa a los miles de hinchas presentes y porque tras 4 derrotas había que reencontrarse con el triunfo. Se dio todo junto, y con muy buen nivel de juego. Ya a los 3 minutos, una subida con remate de Ciro Rius terminó en un rebote de Chiarini que desde fuera del área conectó Walter Busse y la clavó en el ángulo superior izquierdo del mencionado arquero que apenas la acarició con las yemas de sus dedos. Golazo, festejo y justicia.
Tras la conversión, Defensa se volcó con inteligencia hacia el sector izquierdo de la línea defensiva del Millonario y por allí tuvo m´s de una oportunidad de convertir ¡Y convirtió! Fue Sánchez Sotelo, pero erróneamente fue anulado por off side. Luego Chiarini, alguna otra salvada providencial y el diluvio en los instantes finales del primer tiempo. Sabía a poco la diferencia de un solo gol, pero enfernte estaba River, aún en una noche pálida; palidez en la que mucho tuvo que ver el buen funcionamiento del equipo de Ariel Holan.
En el complemento el escenario cambió. La lluvia no cesó (recién paró cuando el partido terminó), y el terreno de juego se hizo rapidito. La pelota jamás dejó de picar, lo que habla de la excelencia del césped del Tomaghello. River empezó a llevarse por delante de a ratos al Halcón, pero no inquietó. La cuota de dramatismo fue apenas una pelota atrapada en dos tiempos de manera algo temblorosa por Gaby Arias y algún que otro centro, pero no mucho más. Defensa volvió una y otra vez sobre Chiarini, ya con Rodríguez, Barbieri y Tellechea en el campo de juego y pudo haber aumentado el marcador, algo que hubiera sido de lo más justo. Pero o el arquero intervino bien, o Rius la tiró afuera, o Rodríguez no se acomodó, o Abal paró equivocadamente un mano a mano de Benítez por un off side inexistente. Así las cosas, los minutos se diluyeron. Defensa lo aguantó con maña y picardía y el final llegó.
Defensa ganó el partido más importante desde su corta estadía en la Primera División: fue el primer triunfo ante un “grande”, se salvó del descenso por mérito propio, recuperó su buen fútbol, rompió la racha de 4 derrotas y alegró a todo un pueblo que lo merecía. Ahora a sumar la mayor cantidad de puntos posibles. Jugando como en la noche del miércoles, seguro que los éxitos llegarán. Lo demás será una consecuencia, como la de obtener un lugarcito en el reducido para luchar una plaza en la Copa Sudamericana. Pero será solo eso, una consecuencia, una frutilla de éste postre de gallina muy dulce que saboreamos y que quedará en la historia de los cortos 37 años de existencia en el fútbol de AFA ¡A celebrar!
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