El mensaje del voto en blanco varelense

Es importante para mí, a unos días de las elecciones, llamar a una reflexión que por lo que he visto, no se ha dado. ¿Qué ocurrió en nuestro distrito con el voto en blanco? Por si no lo saben, el 20% de nuestros votantes eligió cortar boleta en lo local. Casi 44.000 vecinos decidieron, en su mayoría, aportar su voz en las categorías nacional y provincial, pero llamarse al silencio en lo que concierne a nuestro pueblo.

Este dato me llamó la atención, siendo que sacó tanto el voto en blanco como la tercera fuerza; sacó la mitad de de votos que el número triunfal. Es por esto que yo quiero intentar darle voz a ese silencio. Porque ese silencio podría haber sentado tres concejales y dos consejeros escolares posiblemente, o podría haber bajado el número multiplicando las voces que podrían resonar en el Concejo Deliberante, o ampliar el control que se ejercería en el Consejo escolar.
Yo quiero entenderlo, y lo que puedo vislumbrar es una falta de alternativa concreta para una población cansada. Porque es sabido por todos que la gestión local cuenta con un sin número de falencias, malos manejos, y desidias, pero ¿cuál era la alternativa? Entre los tres partidos más votados encontramos a los mismos que fueron los más votados a nivel nacional, pero, siguiendo el cuestionamiento, ¿quiénes eran los candidatos locales?
La alternancia es vital para la democracia y el ejercicio de la república, entiendo que ese silencio en las urnas siente esta necesidad de renovación, pero ¿cómo alternar con un ex Secretario de Gobierno de la gestión que pasó por tres partidos políticos en los últimos cinco años? ¿cómo alternar con un hombre que, ligado al municipio, fue condenado por el famoso caso de “la voz del campo” años atrás?
Yo siento el mismo vacío que esos 44.000 vecinos. Creo que se subestima la memoria del pueblo varelense, que se menosprecia su inteligencia, y que se coarta su voluntad electora imponiendo candidatos que lo único que hacen es ser serviles a la perpetuidad de un modelo encriptado, estancado.
Mi voluntad de participar de las PASO y haber sido impedido de ello por decisión de apoderados radicales y del PRO, portadores de lapiceras mágicas y omnipotentes, con la complicidad de algunos personajes locales, fue quizás la que me llevó al silencio. ¿Por qué le han temido al cambio los que pregonan esa palabra tan peculiar? ¿Qué confuso contenido profesan planteando cambios con candidatos que son continuidad en sí mismos? En Varela, las voces de cambio se acallan y se sofocan. En Varela, el cambio está en blanco, latente.
En lo personal, sólo puedo decirle a los silenciados que seguiremos firmes, los que no aceptamos que se nos subestime y coarte la voz democrática. En dos años, nuestras voces, aunque diversas, deberán pasar de las urnas al Concejo Deliberante, al Consejo Escolar, y a las calles, de ser necesario. El silencio expresa, que nos retraigan nos fortalece.

Roberto Angeletti
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