domingo, 14 de febrero de 2016

En una capilla de Florencio Varela suspendieron los casamientos por los robos


Imagen de la noticia para f varela de Clarín.com

Inseguridad sin límites

Además, los padres tienen miedo de que sus hijos vayan a Catequesis y la gente no va a misa si termina al anochecer. Le apuntan a una patota y reclaman más vigilancia.

Los vecinos de la Capilla Sagrado Corazón de Jesús del barrio Don Orione, en la localidad de Zeballos, Florencio Varela, no quieren perder la fe en que el templo vuelva a ser el de antes. Es que a raíz de la seguidilla de robos y destrozos que hubo en los últimos tiempos se vieron obligados a cambiar los hábitos: por la inseguridad ya no se celebran más casamientos, los fieles temen concurrir a misa si termina al anochecer y los padres dudan en enviar a sus hijos a Catequesis.


El último hecho se produjo hace unos días, cuando un grupo de vándalos entró a la pequeña iglesia de Monterrey y Sidney, y se llevó elementos que el sacerdote Daniel utiliza para oficiar misa, como los parlantes. Por eso, los fieles reclaman mayor vigilancia en la zona, ya que las casas también son víctimas de los delincuentes.

En uno de los ataques a la capilla, se llevaron hasta los depósitos de los inodoros y canillas
Todos apuntan a una patota de menores de edad que andan por al zona.  “El último fin de semana de enero entraron y se llevaron desde los bafles hasta el florero que está debajo de la imagen de la Virgen. La mayoría de las veces entran únicamente para romper cosas, es inentendible”, afirmó a Clarín Néstor López, quien vive a pocos metros de la capilla, es uno de los vecinos que la construyó y se encarga de su mantenimiento. “Antes había casamientos y organizábamos una gran fiesta por el Día del Niño. Colocábamos mesas en el patio y se compartía la comida. Lamentablemente esto lo tuvimos que suspender por los hechos de violencia”, agregó López, con dolor e indignación.

Desde 2010 el lugar sufrió todo tipo de vandalismo, pero en los últimos meses los ataques crecieron. Dos domingos atrás, los vecinos escucharon ruidos y vieron movimientos sospechosos, por lo que dieron aviso a los responsables del lugar. “Cuando llegamos, un pibe se escapaba por la ventana. Unos compañeros lo corrieron, pero no lo alcanzaron”, relató una de las catequistas, que prefiere mantener el anonimato. “Se robaron hasta la cortadora de pasto que se usa para el parque. Ya no sabemos cuál es la solución, pero vamos a continuar y le abrimos las puertas a las familias del barrio, pese a que los padres tienen miedo de que los chicos vengan solos porque los roban”, añadió.

El vidrio roto en una ventana, señal del vandalismo en la capilla.
La capilla pertenece a la Parroquia Madre de Dios, que está bajo las órdenes de los padres Luis Farinello y Daniel Aguilera. En 2012, tuvieron que construir un nuevo edificio en el mismo predio por los destrozos al anterior. El entonces obispo Luis Stöckler celebró la Santa Misa de reinauguración. “Acá se hizo todo con esfuerzo. Hace 35 años hice los planos y con el esfuerzo de centenares de vecinos lo llevamos esto adelante para la gente del barrio. Por eso es inexplicable lo que sucede", puntualizó López, quien denunció: “Es una patota que anda por el barrio. Desde la comisaría me dijeron que son todos menores de edad y que no pueden hacer nada”.

Carlos Rodríguez vive a dos cuadras de la capilla y también está preocupado: “Hace más de cinco años, una noche nos despertamos por el humo que había. Resulta que habían quemado la capilla. En ese momento nos pusimos a conseguir materiales para construir la nueva”. Pero los robos se extienden al barrio. “A cada rato escuchamos que asaltaron a alguien o hubo una entradera. Si seguimos así no va a pasar mucho tiempo más hasta que ocurra una desgracia mayor”, cuenta María Ramallo, quien vive a pocos metros del templo. Desde la comisaría 3ª, al mando de Adolfo Matos, señalaron: “Ya estamos al tanto del problema y trabajamos para encontrar una solución”.

Clarín Zonales

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