miércoles, 12 de abril de 2017

Dos meses de impunidad



A dos meses de la Masacre de Florencio Varela el doble homicidio de Denise Juárez y Sabrina Barrientos, goza de la mayor impunidad. Magali Pineda había identificado al autor material del hecho a mediados del mes pasado. Lo hizo a través de fotografías. Se trata de un menor de 14 años. Ha desaparecido y no lo pueden ubicar. De ser detenido quedará en libertad en el acto por su condición de menor. ¿Será el verdadero autor del crimen?



En 1992 un militar enfermo de celos eliminó a toda su familia abriendo la llave del gas en un departamento del por entonces denominado Barrio Pepsi. El hombre del Ejército Argentino terminó con la crisis emocional que sufría al sacar de este mundo a su esposa y 5 hijos pequeños. Tras abrir la llave del gas, mientras todos dormían el sueño de la muerte, se quitó la vida disparando su arma en la sein derecha en un descampado aledaño al barrio. Quienes recuerdan aquel hecho, pueden hablar de masacre. Pero claro, en la red informática el caso ni figura. Cuando en el buscador de google se escribe “Masacre Varela”, el archivo marca una infinidad de artículos. Este será uno mas desde hoy. Esta Masacre supera a todo lo antes sucedido y lo es por su entorno e increíble desenlace. La violenta muerte de Denise Juárez y Sabrina Barrientos y las heridas en Némesis y Magali, no tienen punto para comparar.
Hoy se cumplen dos meses de aquella mañana de sangre en Gobernador Monteverde. Hoy se puede republicar lo publicado hace más de 20 días cuando se conoció que el autor de ese bárbaro hecho era un menor de 14 años y dueño de una asombrosa puntería y una para nada envidiable frialdad. El menor fue señalado por Magali en una rueda de reconocimientos fotográficos. El menor se dice que hoy sigue prófugo y quienes lo ubicaron tras varios seguimientos y lo fotografiaron para llevar su retrato a la mesa judicial, están con las manos vacías:Los sabuesos policiales no pueden dar con el paradero. Hablamos de la Dirección de Investigaciones de Quilmes. Nada por aqui, nada por allá.
Magali había dicho en su declaración que a este joven, M. V, lo conocieron 20 minutos antes del ataque, que se puso a caminar al lado de ellas, cuando volvían de bailar, a mitad de camino entre el boliche Santa Diabla y la esquina de Los Andes y Senzabello, donde les dispararon 18 balazos.
“Los investigadores no establecieron el móvil de la masacre. Tampoco pudieron determinar si el agresor era un sicario enviado por los dealers que presuntamente usaban a menores como mulas para llevar droga y dinero o si se trataba de un adolescente con problemas mentales”, publicó el colega Gustavo Carabajal de La Nación.
Pero cuando la policía fue a buscar al chico a su casa, en Florencio Varela, se estableció que su padre se lo había llevado a Córdoba. Luego se dijo a Mendoza. En caso de que se determine que el menor fue el autor de la masacre, el hecho quedará impune, debido que por su edad, 14 años, es inimputable.
Al declarar ante la fiscal Mariana Dongiovanni, la sobreviviente describió lo que hicieron la noche que las balearon. Entre los detalles que aportó, sostuvo que antes de ir al boliche fueron en un automóvil de alta gama hasta una casa en Ezeiza a llevar un paquete. Afirmó que un sospechoso conocido como Brian, manejó el vehículo que las trasladó hasta Ezeiza.
Varela al DÍa pudo conocer que las jovencitas al llegar al boliche Santa Diabla descendieron de un automóvil Chrysler Pt Cruiser de color negro. ¿Cuantos autos hay en Varela de este tipo?
Este hecho había sido denunciado en Varela al Día por Ismael Barrientos, padre de Sabrina, una de las dos menores asesinadas, quien sostuvo que a las adolescentes las mataron porque quisieron dejar de ser utilizadas como mulas de un grupo de dealers, que las usaban para llevar droga a los boliches. “En Ezeiza vive uno de los integrantes de la sociedad propietaria de uno de los boliches al que solían concurrir las menores atacadas” aseveró Carabajal.
Aunque Magalí no mencionó la cuestión de la droga en su declaración, sí se refirió al episodio del paquete que llevaron a Ezeiza. La joven también sostuvo que el agresor, cuando se les acercó hablaba especialmente con Denise y Sabrina, las dos adolescentes que fueron asesinadas; mientras que ella y Némesis, las dos sobrevivientes, se mantenían al margen de la conversación.
En su declaración, la joven recordó que, cuando se detuvieron en dos remiserías para tratar de preguntar el precio de un viaje a la zona del Alpino, donde vive Némesis, el agresor cruzaba la vereda, como si quisiera evitar que lo vieran con ellas.
Dos de los 18 balazos que disparó el agresor dos hirieron a Magalí, quien estuvo 45 días internada.

Identificado.
El agresor tras cometer su baño de sangre escapó por el pasaje del Fortín La Tropilla y del otro lado de la ex estación Gobernador Monteverde fue visto por el sistema de monitoreo pero no seguido de cerca. Un vecino que vive en un departamento de la calle Asunción, al escuchar los tiros, que nunca escucharon los agentes del escuadrón de Caballería de la Policía Bonaerense que funciona en la Estación Monteverde, se asomó al balcón y vio a un sujeto pasar por la vereda con destino a la avenida San Martín.
Párrafo aparte para Luis Esteban Weiman, el agente de seguridad privada del Bingo Florencio Varela que pasó 30 días detenido en un calabozo del la Comisaría Primera de Berazategui y acusado de ser el autor material del hecho. Varela al Día fue el único medio del país que calificó a Weiman como un “perejil” en el caso y no nos equivocamos. La sospecha de que el menor no sea el verdadero criminal, también tiene un alto porcentaje como lo fue con Weiman, máxime aun cuando ni el cuerpo del delito ha sido ubicado. Y el cuerpo de delito es aqui el arma de fuego. Un asesino de 14 años, excelente tirador y frío como una heladera es lo que se busca y la policía no lo puede ubicar. Un asesino serial como el militar, pero que de seguro no se ha quitado la vida por arrepentimiento. ¿Será el verdadero autor o será un perejil para tapar algo mucho pero mucho más pesado?

Varela al Día

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