sábado, 8 de julio de 2017

HAS RECORRIDO UN LARGO CAMINO HALCON DE LAS CONCENTRACIONES EN PUNTA LARA AL MODERNO PREDIO DE BOSQUES

















Hoy vemos con beneplácito de qué manera Defensa y Justicia se aloja en el predio de bosques donde realiza sus prácticas y concentraciones previas a partidos importantes; la disponibilidad que tiene, la amplitud, las distintas alternativas o sea todo un lugar ideal para lograr un cometido.


Ante esa foto de un presente tan promisorio para nuestro club se me viene a la memoria recuerdos de las concentraciones con los jugadores del Defensa campeón 1982.

El lugar de encuentro era la vieja sede de Av. San Martín 3045, donde hoy se encuentra una dependencia de Correo Argentino; una vieja edificación de principios de 1900 con piso embaldosado con un amplio gimnasio al medio con ring de box y un escenario al fondo.

Sobre la derecha de la entrada un largo mostrador que hacía de bar sin pretensiones ni exigencias atendido por «el rey de la milanesa»: Nasardín y su señora esposa; al fondo había una sala que se destinaba solamente como restaurant (mirado de buenas ganas) para unas 25 o 30 personas.

Ese era el lugar de encuentro para el plantel de Defensa y Justicia campeón 1982… Los sábados a partir de media mañana «en la medida que cada uno podía» (algunos en auto de un amigo, otros en «bondi» – en la 500 y 148 tenían pases libres – y algunos caminando, iban llegando a la concentración).

En la sede los esperábamos, entre otros: el «rengo» Rossi, Marconi, el «gallego» Pérez (Presidente de la 148), el «gordo» Artaza, el Dr. Genoud, Hugo Tomaghello (por entonces presidente del club), más un grupo que semanalmente rotaba y el cuerpo técnico encabezado por Rubén Moreno.

Nuestra misión era de anfitriones y que los muchachos se sintieran acompañados, compartiendo una mesa de billar, un metegol o unos partidos de trucos.

Ante algunas necesidades ellos sabían a quién recurrir de los presentes y que serían oídos y si se trataba de algún problema, solucionado.

Luego de una pequeña charla técnica los jugadores almorzaban y luego de ellos, mientras realizaban la digestión,  era el turno del resto, cuerpo técnico, colaboradores, allegados y quiénes éramos los invitados de todos los sábados.

A la hora establecida se estacionaba sobre la Av. San Martín una de las mejores unidades de El Halcón «Diferencial» (por lo general conducidas por Hueso y Palito) y de ahí se partía con todas las ilusiones al estadio donde tocara jugar.

LA CONCENTRACION PREVIA EN LAS FINALES

Ya sobre el final del campeonato y con Defensa posicionado entre unos de los candidatos, la concentración se hizo más exigente.

Todo comenzaba el viernes por la tardecita al finalizar las prácticas en el estadio de Varela, ahí los muchachos eran trasladados a los talleres de la terminal de El Halcón (en la Av. 12 de Octubre y Mosconi – Quilmes) donde el gordo Artaza con una banda de colaboradores de la 148 organizaban un asado que era compartido entre jugadores, técnico, dirigentes, allegados, amigos, etc; siempre se hacía presente algún guitarrero o grupo que amenizaba la reunión.

Cuando el técnico marcaba la hora un grupo más reducido nos desplazábamos con los jugadores al destino de la concentración: Punta Lara.

Gracias a una gentileza de la Asoc. De Trabajadores de Vialidad; Defensa contaba con las instalaciones de su parque recreativo de Punta Lara para pasar la noche del viernes y la mañana del sábado.

El lugar era ideal por la tranquilidad y exclusividad, pero el alojamiento de los jugadores eran unos traillers acondicionados como dormitorios y otros como servicios sanitarios; ese era el escenario ideal para que los jugadores pasaran la noche a la espera del partido del día siguiente.

Los directivos, allegados, acompañantes también pernoctaban en Punta Lara, pero de la forma que podíamos, jugando al billar, a las cartas, tirados en sillones o en algunos autos, el asunto era que a la hora de despertar de los jugadores y los técnicos se sintieran contenidos y acompañados.

Un buen desayuno, una caminata por el camping, algunos juegos de entretenimientos, conversaciones con amigos y dirigentes; una breve charla técnica, nueva camita para abrir el apetito… almorzar, un breve digestión y otra vez arriba del diferencial de  El Halcón…»camino a la gloria».

EL REGRESO DE LA GLORIA Y A FESTEJAR A «LOS ANGELITOS»

Ya con el resultado alentador que nos acercaba cada fecha al campeonato, todos juntos de regreso a Florencio Varela hacíamos la parada en la pizzería «Los Angelitos» en la mística esquina de Monteagudo y Vázquez; allí nos esperaba una larga mesa que albergaba a los jugadores, técnicos, dirigentes, amigos y allegados.

La alegría desbordaba en los rostros de cada uno, por donde chorreaba la muzzarella de la porción que nos tocaba en suerte, a esta altura se permitían algunas cervezas para los muchachos y hasta algunos vinos infiltrados con motivo del festejo, ése era el premio a un resultado que emocionalmente se llevaban los jugadores que pronto serían campeones de 1982.

En los tres años que costó ese ascenso, porque fue una escala de algunos logros y muchos sinsabores en los 80 y 81, tampoco estuvieron solos, siempre se sintieron acompañados y la institución como sus dirigentes y seguidores pusieron lo mejor para que no les faltara nada a eso gladiadores.

Por suerte llegó el ascenso de 1982 y la explosión fue total, no fue el resultado de un partido, fue el logro de años de trabajo de un fenomenal equipo de fútbol y un grupo de gente que supimos contenerlos….

Así es que el día de hoy aquellos Campeones del 82 recuerdan con agradecimiento y hasta algunos con emoción las anécdotas vividas.

Has recorrido un largo camino Halcón!!!

Luis García
Periódico El Progreso

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