(Nota de tapa del periódoco "El Progreso" - Febrero 2015)
Antes de comenzar con este relato, es imprescindible aclarar que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Los personajes y hechos citados son completamente ficticios.
En esta edición del periódico nos propusimos hacer una lectura más placentera, sin tanta etiqueta ni «pálidas», algo más apropiado para este mes de febrero, algo así como para leer «tranqui» bajo la sombra de un árbol o protegidos por una sombrilla en la playa.
Hecha esta aclaración nos quedamos más tranquilos y que ahora no vengan los "chicos malos fundamentalistas " que pretendan ajusticiarnos por una caricatura o una simple humorada.
El «SuperJulio» es un personaje que hace más de 20 años ejerce la potestad en un pueblo protegiéndolo de la invasión de los malvados…, algo muy similar a nuestro Florencio Varela, (vaya casualidad).
A este personaje antagónico se lo puede querer u odiar al mismo tiempo y por diversas actitudes, pero es imposible negarle la muñeca y la cintura que tiene cuando «debe bailar con las más feas», justificar lo «injustificable» o ningunear las denuncias de la oposición.
Allá por el mes de octubre del año 2013 y ante un revés electoral en donde fue superado por la oposición, hecho este que nunca había ocurrido en el distrito; montó en cólera contra todo su equipo de trabajo, con sus punteros y hasta los propios funcionarios… De inmediato pasó la escoba, se sacó de encima a los ineptos (se fueron casi todos), barajó con paciencia los naipes y dio de nuevo.
Conformó un nuevo gabinete y se puso la mochila más pesada sobre sus hombros, se propuso que en los próximos dos años «remaría en el dulce de leche» y solamente él cargaría con el karma de hacer campaña en las calles, casa por casa, vecino por vecino y alentaría a los compañeros cabizbajos.
Y así fue, desde hace dos años el «SuperJulio» no tiene descanso, se lo ve en cuanto acto oficial se realiza, reuniones en las sociedades de fomento, anuncios de obras, entrevistas con funcionarios nacionales y provinciales, presencia en escuelas, instituciones, asociaciones, e inclusive en casas de familias de distintos barrios.
Este despliegue físico lo lleva a no tener vacaciones, alguna vez viajó a Miami, pero lo «retaron» desde arriba y ahora parecería que no quiere moverse del terruño y dar ejemplo de presencia.
Desde aquella vez, la situación con el palacio se fue distendiendo, fueron menos los actos en que apareció junto a la señora y ahora las fotos son más con sus pares, personajes también de distintas comarcas del conurbano.
Continuamente se reúne con su equipo de trabajo y no le tiembla la mano «justiciera» al momento de tratar de ineptos a sus colaboradores, bueno…, más que colaboradores se parecen a los personajes de la película «Durmiendo con el Enemigo».
Son infinidad los casos en que los propios vecinos de los barrios o los medios de prensa ven los problemas y las falencias que no son observadas por los funcionarios, mucho no se les puede pedir a esa «pobre gente», ellos no cuentan con el beneficio de vivir en
«ese pueblito del conurbano» ya que residen en barrios cerrados de otras localidades.
Esto al «SuperJulio» lo descontrola y no soporta que se le cargue a él la inacción de quienes lo deben secundar, es tal la preocupación que se la pasa caminando por todos lados del distrito, es la cara visible de la conducción, pero en una total soledad.
En sus salidas y asistencia a las diversas actividades se lo ve «unipersonalmente» solo acompañado de personajes de segunda o tercera línea.
Ante esta realidad son muchos los vecinos que se preguntan sin obtener respuestas, quienes son los concejales del barrio que ellos mismos eligieron, aquellos que asistían cuando eran candidatos con sus manos llenas de promesas y por hoy no aparecen ni en fotos.
Pero el «SuperJulio» recorre los barrios, se remanga los pantalones para caminar calles de barro y está al mismo tiempo en una sociedad de fomento y en un acto oficial, esta vez de impecable traje negro y prolijo corte; todo esto hace pensar que sean varios los personajes y a la vez uno mismo.
Es casi imposible que se multiplique con tanta agilidad y salga a apagar tantos incendios a la vez; casi a la perfección tira por tierra aquel dicho popular que «el cura no puede estar en el campanario y estar dando misa a la vez»…, «SuperJulio» lo hace.
«Tiene la simpleza y la autenticidad de los grandes», así lo reconocen sus fieles seguidores obsecuentes, con sonrisas en sus rostros, típicas de perfiles de Facebbok .
Casi todos tienen un gesto que los identifica (debe ser algo genético) muestran sus dedos índice y mayor entreabiertos; éste deberá ser un código de «obediencia debida».
Indiscutiblemente se lo debe reconocer como un político «todo terreno» es más, con la fuerza de una 4 x 4 que supo morigerar diversas situaciones difíciles, saliendo airoso y triunfador en cuanta batalla lo quisieron acorralar.
Desde hace un tiempo no las tiene todas a favor, algunos invasores le quieren «rodear el rancho» y se van organizando para darle la estocada final.
Pero a este «héroe» poca mella le hacen esas actitudes….
El está en la suya, seguirá caminando los barrios, asistiendo a reuniones, fotografiándose con sus pares, comiendo con comerciantes e industriales, haciendo declaraciones, firmando acuerdos, conciliando desacuerdos.
«Tirando pa´delante» en soledad y con la mochila más pesada sobre sus hombros.
Es el «SuperJulio».
A él se lo puede querer u odiar, pero nunca... ignorar.
Periódico EL ROGRESO

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