El Torneo Transición tiene el promedio de goles más alto de los últimos tiempos: en seis jornadas se convirtieron 250 tantos; los motivos de un fenómeno que se repite fecha tras fecha
El Torneo Transición sorprende en demasiados aspectos. Muchos ni lo creían posible en medio de otro desbarajuste de la AFA con 30 clubes divididos en dos zonas. Se ven al frente aquellos equipos que, en un principio, se pensaba que estarían mucho más abajo. Los poderosos tienen un protagonismo mucho más reducido. Y, como un adorno en la repisa, hay goles por todos lados en un festín para los hinchas imparciales: en cada fecha y en cada partido; de los grandes o de los más humildes; de los partidos que se esperan y hasta de los otros en lo que lo más previsible parecía el 0-0
Las estadísticas respaldarán cada una de las afirmaciones. El promedio de gol en seis fechas, con la salvedad de que Huracán tiene pendientes los encuentros con Tigre, Aldosivi y Argentinos, es de 2,97 goles por jornada, el más alto de los últimos años. Se hicieron 250 goles en seis jornadas. Y hay varios factores que influyen para que se corran riesgos y para que la parte ofensiva tenga mayor importancia que la defensiva.
Hubo un partido en la última fecha que ratificó la tendencia goleadora: Unión 3 v. Racing 6. Parecía que nunca iban a parar de meter goles. Además, en Santa Fe se reencontró con los festejos Diego Milito, que no convertía desde octubre pasado. Fue el cotejo con más goles de la competencia, ya que hasta entonces se habían marcado seis en River 5 vs. Quilmes 1, Rosario Central 3 vs. River 3 y Argentinos 1 vs. Defensa y Justicia 5.
Foto:LA NACION
No hay una única explicación de por qué se convierten tantos goles en la actual competencia, pero sí unos cuantos motivos bastante atendibles:
Un solo descenso. Los apremios con el promedio son una soga en las muñecas de los equipos. Los protagonistas reconocen que es mucho más estresante la lucha por la permanencia que por el título y actúan en consecuencia. Este año sólo un equipo perderá la categoría y, en parte, eso liberó las tensiones en busca de un juego más ofensivo, abierto y ambicioso.
La mentalidad de los entrenadores. El recambio generacional en el banco de los suplentes trajo más frescura en las propuestas. No importan los quilates de los equipos ni el peso de los apellidos. Defensa y Justicia, por ejemplo, se sostiene en lo alto con uno de los presupuestos más bajos de la categoría: 2.500.000 pesos.
Ariel Holan potenció la propuesta en el conjunto de Florencio Varela, el que más anotó: 18 veces. También Eduardo Coudet en Rosario Central. En la misma dirección fueron Jorge Almirón, en Lanús, el conjunto de mejor registro en el campeonato; Pablo Lavallén, en Defensa y Justicia; Juan Manuel Azconzábal, en Atlético Tucumán, Pablo Guede, en San Lorenzo. Facundo Sava, en tanto, divide las sensaciones en Racing, ya que pareció el más permeable a las exigencias. Todos tienen algo en común: la presión en el campo contrario.
El mal comienzo de los grandes. River, Boca, Racing y San Lorenzo juegan la Copa Libertadores. Independiente, no. Todos, excepto el Ciclón, empezaron con titubeos el campeonato y el resto lo aprovechó. "El espíritu ganador debe mantenerse siempre. Un torneo corto les da posibilidades a todos los equipos", explicó Almirón.
Los goleadores. Fabián Bordagaray, aquel que había descendido con River, renació en Defensa y Justicia: es el artillero, con siete conquistas. José Sand, que había vuelto a la escena en Aldosivi, se destaca fecha tras fecha en Lanús y ya tiene seis. Santiago García toma vuelo en Godoy Cruz y Claudio Riaño, tras no haber sido tenido en cuenta en Independiente, demuestra su instinto dentro del área. Ambos alcanzan los cinco gritos.
lanacion.com
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