Defensa y Justicia no sólo es la grata sorpresa y el equipo que más goles convirtió en el certamen; es la escala que encontraron 11 jugadores que pasaron por equipos grandes -con suerte diversa- para recuperar el fuego interior
Octubre de 2014. Caen baldazos helados sobre el Monumental. Lisandro Magallán chapotea sobre el pantano, estira la pierna y sorprende a Barovero. El defensor, un pibe, abre el marcador en el superclásico, que luego finalizaría 1-1. Todos lo felicitan: es el zaguero del futuro. Al tiempo, una seria lesión lo dejó a un costado. Enero de 2016. El verano lo descubre entre despistes impensados. "Quiero consolidarme en Boca. Que traigan jugadores me motiva, me hace crecer", decía.
Enero de 2010. Hace un par de temporadas que Fabián Bordagaray abandona el campo de Florencio Varela y se entromete entre los flashes de Primera: escala Bajo Flores, primero, y Núñez, más tarde. Los atrevidos lo comparan con Cristiano Ronaldo. "Me lo dicen por mi posición en la cancha y por mi look, que lo tuve siempre. De Cristiano sólo tengo el pelo. Me encantaría parecerme en serio, él hace todo bien", contó, alguna vez. Espectacular y goleador sólo de a ratos... hasta el precipicio en el Monumental. "Me gustaría tener una revancha en River", advertía, días atrás.
Magallán es una columna defensiva a medida. Bordagaray es el artillero del torneo, con 7. Defensa y Justicia, el equipo más efectivo, con 18 gritos a favor, segundo en la Zona 2 con 13 unidades, reúne a los que buscan una revancha después de acariciar el cielo. Futbolistas que surgieron, crecieron, maduraron o pasaron un puñado de meses en clubes poderosos, en los más grandes y que hoy creen en el despegue. Demostrar que sus salidas -breves o definitivas-, apenas fueron una pausa, para rebobinar y acelerar a fondo. El Halcón, el equipo ambicioso, el conjunto de laboratorio -la formación de Ariel Holan creó esa multiplataforma-, juntó a 11 jugadores de. equipos grandes. La mayoría, titulares.
No está solo Magallán en el escondite del área. Damián Martínez surgió en San Lorenzo y pasó por Independiente. Tomás Cardona también creció en la ciudad deportiva. Y Hugo Silva salió de Racing, aunque no jugó ni un minuto en el Cilindro. En la zona neurálgica del juego anda la mayoría. El mediocampo no es una zona de tránsito para el conjunto que dirige Ariel Holan: lo es todo. Juego, precisión y balón detenido. Hace tiempo que el entrenador se quitó el peso de ser un conductor "que viene del hockey". Sabe de fútbol una enciclopedia y acepta la invitación de intérpretes que no siempre pisaron con clase las calles de los grandes.
¿Alguien conoce a Tomás Pochettino? Tiene 20 años, tiene clase y surgió en Boca. A siete minutos del cierre del espectáculo, se presenta en la derrota por 3 a 1 contra Central, en Arroyito, en el final del torneo xeneize anterior. Juventus y Sevilla lo espían; sin espacio en la Ribera, se inclina por Florencio Varela. Lo mismo le ocurre a Guido Rodríguez, en la superpoblada zona central de River. Igual Tomás Martínez: su habilidad, aceptada en cuentagotas por Ramón Díaz, hace escala en Tenerife y se consolida en el Halcón. Como Hernán Fredes, el envase con clase discontinua en Independiente. "Tenemos jóvenes, pero a su vez con suficiente experiencia por haber pasado en equipos importantes. Acá pueden sentirse protegidos y, al mismo tiempo, liberados. Pueden jugar sin las presiones de otros lados", asume el conductor.
"Puede ser. No me acuerdo de otro gol de tiro libre en mi carrera...", se sorprendía, días atrás, el hombre de la camiseta número 10, que había convertido el último en el 4-0 sobre Aldosivi. Fredes es uno de los casos estelares de la revelación. Cuando hay espacio entra Andrés Ríos, un delantero que surgió en Núñez y anduvo dando vueltas como una pelota: Polonia, Ecuador, México. El último jugador del equipo de once imaginario de esta historia es un uruguayo: Maximiliano Calzada, de seis temporadas en Nacional, un gigante de Uruguay. El caso Defensa excede el marco nacional.
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Laterales, zagueros, volantes combativos, artistas del balón y cazadores del área. Defensa y Justicia reunió a todos lo que buscan reinventarse. En River, en Boca, en San Lorenzo, en Independiente los espían de costado: más de uno debe estar comiéndose las uñas.
"Nadie esperaba que jugáramos de esta manera. Somos un grupo de hermanos, todos nos respaldamos, porque queremos crecer"
Fabián Bordagaray
Delantero
"Hacía mucho tiempo que no jugaba así, me siento cómodo, útil. Logramos lo que queríamos la mayoría: tranquilidad y continuidad para poder demostrar"
Hernán Fredes
Volante
"Me siento muy bien. Necesitaba encontrar continuidad y experiencia, dos cosas que conseguí en Defensa, que es un equipo que busca crecer"
Guido Rodríguez
Volante
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