domingo, 16 de agosto de 2015

Señas de inclusión en la Jauretche


Señas de inclusión en la Jauretche

Walter y Gonzalo son sordos. Y también son, desde febrero de este año y como parte de las políticas de inclusión formalizadas en Varela, los primeros estudiantes sin sentido del oído de la Universidad Nacional Arturo Jauretche.
Walter Acosta es varelense y tiene 23 años, es estudiante regular de la carrera de administración de empresas en la UNAJ. Gonzalo Lombardo, vive en Berazategui y tiene 27 años. En la Jauretche cursa la carrera de ingeniería electrónica. Las clases las realizan en la escuela Homero Manzi de la Curva de Berraymundo, una de las sedes en el distrito que tiene la Universidad.

La primera lengua para los sordos es la de señas argentina, LSA. Con ella se comunican con el entorno y hacen intercambios, se relacionan. Walter hizo la primaria y la secundaria en Quilmes, en la escuela 505 y en la media 3. Gonzalo estudió en el colegio privado Gonnet de Bernal y luego la secundaria en la escuela nocturna para adultos.
Berenice Kelly y Diana Lombardo de Kelly, son miembros de la Asociación de Sordos Amigos Varelenses y las intérpretes de ambos. Durante las clases están con ellos de forma constante: los asisten en las cursadas y colaboran en la comunicación en el aula con profesores y compañeros. No son traductoras, aclararon. Con la lengua de señas hacen un trabajo de interpretación para que puedan comprender, no con palabras textuales, lo que el otro está diciendo.
Berenice y Diana los acompañan a las clases y según la materia que tengan cada día se reparten el tiempo para asistirlos. Hay una organización con agenda de día y horarios que mantienen actualizada para no perder las clases.
–Me inscribí en la universidad como cualquier chico oyente, después pedí asistencia porque la necesito. Desde la Universidad se pusieron en contacto con la Asociación y se articularon entrevistas hasta que se asignaron a los intérpretes –dijo con señas Walter, en la voz de Berenice, al salir de una clase en el Homero Manzi, parado junto a Gonzalo.
Dándole la espalda a un cartel que señala al edificio como sede universitaria, Walter recordó que nació sordo porque la madre tenía rubiola durante el embarazo. Hace 5 años le hicieron un implante coclear en un instituto de la Capital Federal, con el que alcanzó a escuchar muy poco, casi nada.
–Soy oralista, puedo leer los labios –tradujo Berenice. –Es bilingüe –agregó la intérprete.
Hasta los 14 años usó audífonos. Por entonces escuchaba muy bajito y luego se quedó sordo del todo. –A mis papás los escuchó pero muy bajo –dijo el joven con señas.
Gonzalo también es sordo de nacimiento pero con causa desconocida. Mientras cursa ingeniería electrónica en la UNAJ, trabaja en la municipalidad de Berazategui, en las nuevas oficinas que están en el parque industrial.
–Estoy haciendo pasantías dos veces por semana, y de acá a un año voy a ver si quedo efectivo –dijo con señas.
DATOS Y REFLEXION
Según publicó la Organización Mundial de la Salud, más del 5% de la población mundial (360 millones de personas) padece pérdida de audición discapacitante (328 millones de adultos y 32 millones de niños). Si bien las causas pueden ser múltiples, la mitad de los casos de pérdida de la audición se podrían evitar mediante la prevención primaria.
–Quiero difundir entre todas las personas sordas, que hay oportunidades y hay programas para que puedan venir todos los sordos. Que pueden empezar a inscribirse en diciembre en la UNAJ y pueden preparar el CBU en febrero y marzo para poder entrar en las materias. También es el deber de los sordos exigir los intérpretes –dijo Walter.
Gonzalo animó también a los sordos de toda la zona sur a poder estudiar, a los de La Plata, de Quilmes, de Berazategui. –Que se animen y que sus familias los acompañen –dijo.
CON INTERPRETES
Walter y Gonzalo consiguieron ingresar a la UNAJ a partir de las políticas de inclusión establecidos por el Municipio de Varela y del trabajo de la Asociación de Sordos Amigos Varelenses. La implementación de un decreto del intendente Pereyra que establece que en todo organismo público local, desde escuelas hasta cualquier oficina del Estado, haya intérpretes para la asistencia de los sordos.
VARELA, CIUDAD DE OPORTUNIDADES
Diana Lombardo de Kelly es pastora desde hace 30 años en la iglesia pastora evangélica, y desde hace 19 años preside la Asociación de Sordos Amigos Varelenses. En el año 1996, un grupo de sordos se acercó al templo en busca de ayuda espiritual: “Esto comenzó como una tarea espiritual. Algunos sordos buscaban ese apoyo, pero enseguida nos dimos cuenta que necesitaban también educación formal primaria y secundaria”, dijo.
“Estamos muy contentos porque atrás de ellos Walter y Gonzalo vienen muchos sordos más que van a poder estudiar en Varela y poder tener su título, siempre con las intérpretes ayudándolos y brindando el apoyo necesario”, dijo Diana. Berenice valoró también la garantía que da el municipio al acceso a la educación entre quienes no pueden oír: “Quiero destacar la importancia de estas oportunidades porque tienen que ver con el derecho a la educación que hay que brindarle a cualquier persona con una capacidad especial, ya sea sordo, ciego, o cualquier otra”, dijo.

agenhoy.com.ar

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