domingo, 18 de mayo de 2014

Ascender jugando al fútbol

La vorágine de la agenda deportiva nos atropelló el día de la consagración de Defensa y Justicia, pero dicen las doñas en la verdulería que más vale tarde que nunca, y vaya si tienen razón. El Club Social y Deportivo Defensa y Justicia recién anda por sus jóvenes 35 años y ya está en la elite del fútbol argentino, entre los privilegiados que constan en Primera, en la liga mayor de uno de los países de vínculo más vigoroso y más virtuoso con el maravilloso juego de la pelota número 5. Gloria y honor para el populoso club de Florencio Varela, que hubiera sido gloria y honor en cualquier caso, con cualquier estilo, sumando punto a punto a incluso través de la sola cultura del sudor, con la expeditiva receta del corazón y pases largos, pero que invita a sacarse el sombrero de un modo especial por haber hecho trizas el añejo prejuicio de que en el Ascenso es imposible prosperar jugando la pelota al ras. Virtud de Diego Cocca, por apostar en lo que cree, y virtud de los players, que captaron la idea y la plasmaron con entusiasmo, con integridad y con un admirable despliegue de destrezas.
Defensa ascendió jugando lindo y bien, o bien y lindo. Y no se trata, ni de lejos, de que el autor de estas líneas clave aquí la bandera de sus propios gustos futboleros. ¿A quién le importa eso? Lo que importa, más allá de afinidades estéticas, es aplaudir que en una época de ideas débiles y de débiles pasiones, Cocca propuso una profunda comunión con su ideario y con sus jugadores, y los jugadores dieron la talla, y los hinchas, efervescentes y fieles si los hay, estuvieron a tono de las circunstancias. Bienvenido a Primera, Defensa, y que en Varela siga la fiesta.

ole.com.ar

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