El desconcierto reina en la organización que conduce Máximo Kirchner, porque no logran explicarle a la militancia la pérdida de protagonismo. (Dibujo: NOVA)
Los principales referentes de la agrupación que conduce Máximo Kirchner cruzaron mensajes esta semana con un tema excluyente, la preocupación por el posicionamiento político de "La jefa" Cristina Fernández de Kirchner de cara al escenario electoral y las evidentes muestras de que ya no forman parte del escena central del kirchnerismo.
Fue evidente desde el inicio de la campaña para las PASO que ni Andrés "Cuervo" Larroque, ni Mayra Mendoza, ni muchos menos Jose Ottavis, iban a ser los lugartenientes de CFK en la carrera por obtener una banca en el Senado, lo que no se esperaban estos dirigentes era el ninguneo y la sanción casi constante a la que están siendo sometidos por sus conductas obsecuentes.
Hace apenas unos días se rumoreaba que la ex presidenta, fastidiada con el rechazo que la organización de su hijo genera en algunos sectores cercanos al peronismo la había comparado con "Montoneros", dejando en claro que igual que Juan Domingo Perón el 1° de mayo del 74, podría terminar "echándolos de la plaza".
Si bien esas versiones no fueron confirmadas, se supo que a la candidata de Unidad Ciudadana le causo fastidio toparse en el acto de Florencio Varela con remeras que reivindicaban la figura de "Yegua, puta y montonera", con la que ella misma se refirió a los insultos que recibía cuando era presidenta.
"Estos pibes no entienden que ya no gobernamos mas", dijeron fuentes del PJ cercanas a Cristina consultadas por NOVA, para luego puntualizar que "si van a reivindicar todo lo que diga nuestra candidata, incluso lo que debería ser tomado como un insulto, para reaccionar con más ganas de militar, es un error".
Desde La Cámpora, reconocen en off que hay preocupación y lo que han denominado la "peronización" de Cristina ha desconcertado a los dirigentes de la agrupación, que no logran explicarle a la militancia cuales son los motivos del giro discursivo y porque ya no hay grandes concentraciones cada vez que CFK aparece en público.
Alguno, incluso, debieron soportar ser acusados de "traidores" antes del acto de lanzamiento en el Teatro de Mar del Plata, porque los grupos de fanáticos ultra k que conforman La Cámpora, no admitían que el convite esta vez había sido solo para los candidatos y los dirigentes, pero no para las multitudes.
El principal temor de los camporistas es que se confirmen todos los rumores y baje una orden directa de la candidata para barrerlos de la escena por "piantavotos", aunque la excusa oficial sea cualquier otra.
Cristina ya adelantó que va a insistir con la unidad del peronismo hasta el último minuto, un trago difícil de digerir para los que livianamente tildaron de traición a todos lo que ahora la ex presidenta sale a buscar y, para colmo de males, muchos dirigentes de líneas intermedias que hoy reportan a Sergio Massa y Florencio Randazzo, ya dieron muestras de simpatía con el nuevo estilo K.
Algunos se animan a reconocer que están "hablando" con todos, aunque aclaran que correr a los camporistas es condición necesaria para el acercamiento final.
agencianova.com
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