Cocinó para medio centenar de jóvenes discapacitados que llegaron en plan educativo a La Plata
Una docente abrió su casa de Tolosa para dar una cátedra de inclusión
Con una solvente trayectoria como docente, Martha Susana Betti de Milicchio, escribió libros vinculados a la educación que son material de consulta para sus pares; sin embargo, esta maestra - jubilada en los papeles - también tiene la virtud de “escribir” con gestos, para que aún los que no sepan leer puedan recibir su mensaje en pos de una sociedad mas inclusiva. Con ese espíritu, esta vecina de Tolosa ayer abrió las puertas de su casa y recibió a medio centenar de personas con discapacidades mentales pertenecientes a una Ong de Florencio Varela.
Los invitados llegaron vestidos y peinados para la ocasión y uno a uno hicieron fila para saludar a la anfitriona, a quien le entregaron un cuadro con la foto de ellos y sus firmas
Militante de la solidaridad anónima, no resultó sencillo que la docente accediera a que se publicara su nombre y se dejara tomar una foto. “Lo que me interesa es que se conozca la obra del Taller Protegido de Discapacitados Mentales ´Luis Castaldo´ porque todo lo que reciben los chicos se hace a puro amor, a fuerza de voluntad y con mucho esfuerzo de gente que dona su tiempo”, cuenta Martha, quien entre otros reconocimientos públicos tiene el de Mujer Destacada Platense 2000, Mujer Bonaerense 2000, Ciudadana Ilustre de La Plata 2001 y Premio a la Ética y a la Solidaridad 2001.
Las pocas gotas que cayeron por la mañana hicieron cambiar los planes de que la reunión se hiciera en el quincho, pero la fiesta no se postergó.
Los invitados llegaron vestidos y peinados para la ocasión y uno a uno hicieron fila para saludar a la anfitriona, a quien le entregaron un cuadro con la foto de ellos y sus firmas.
“ESTOY CONTENTA PORQUE LOS VEO FELICES”
“La verdad es que no me sobra nada, pero puedo vivir con muy poco; tal vez no vaya con frecuencia al cine, ni a la peluquería, pero me puedo dar el gusto de organizar una comida para regalarles una tarde distinta a estos chicos y estoy muy feliz porque las veo contentos”, afirma Martha, mientras la puerta del horno de su cocina no para de abrir y cerrar para completar bandejas con sánguches calientes, pizzas y sacramentos rellenos.
El comedor se colmó como nunca, pero el medio centenar de chicos y grandes con capacidades diferentes casi no se hizo sentir, salvo por las veces que se escuchó la palabra “gracias”.
Acostumbrada a ver personas con necesidades que para muchos son invisibles, Martha es una ejemplar vocera del taller protegido, porque cree que si muchos conocieran lo tanto que se logra para muchos con tan poco, tal vez gestos como el de ella se contagiarían, o como se dice ahora se harían “viral”.
De lunes a viernes, en el taller Luis Castaldo, las personas con capacidades diferentes de diversas edades y contextos sociales encuentran un espacio en el que se promocionan sus habilidades.
Todo se realiza de manera gratuita, desde las clases de dibujo y pintura que están a cargo del profesor platense Rodolfo Briata, hasta los talleres de folklore, teatro y cocina. Pero lo que más se destaca es la cultura del trabajo que tienen todos en el taller de bolsas de residuos, “las mejores que se hacen en Varela”, dice con orgullo Mirta Gristein, vicepresidente de la Ong.
CAMBIOS “INCREIBLES”
“Los cambios que logran todos estos chicos en el taller protegido son increíbles, muchos descubren vocaciones y todo es gracia a la gente que se dedica a dar con el corazón porque no se recibe ninguna ayuda oficial”, destaca Gristein.
Martha les regaló ayer un día especial y como en las fiestas no pueden faltar los dulces, hasta armó en su jardín un colorido quiosco repleto de golosinas que no tuvieron que pagar con pesos, sino con besos.
eldia.com
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