jueves, 21 de febrero de 2013

En Villa Angélica desalojaron las tierras tomadas: La refriega dejó 5 detenidos y 2 comisarios heridos



 La orden de desalojo fue refrendada por el juez de Garantías Agüero. Hubo resistencia de los asentados hasta que voló la primera piedra. El Jefe Distrital de policía y el comisario de la 5ta, fueron blanco de los enormes cascotazos. Las 8 hectáreas tierras sin cerco perimetral que comprenden las calles Pilar, Parravicini, Ameghino y Thevenet, de Villa Angélica, a tres cuadras del corsódromo varelense, fueron desalojadas ayer por un centenar de policías a las órdenes del Jefe Distrital de Florencio Varela, inspector Walter García, en el marco de dar cumplimiento a la orden emanada por el Juzgado de Garantías Nº 5 de esta ciudad a cargo del Juez Diego Agüero.
El desalojo no fue pasivo, como se había anunciado el lunes por la tarde: “Hasta que los dueños no prueben que son dueños de las tierras y venga el desalojo no vamos a irnos”, dijeron los asentados. Las tierras, como informáramos ayer, tienen dueños. Se trata de una familia de japoneses cuyas tasas municipales estarían un tanto atrasadas y casi el municipio pasaría al ser el dueño del enorme descampado. En ese marco de situaciones, los okupas de ayer no eran los mismos del lunes a la tarde. De mujeres con niños en brazos pasó a un significativo grupo de jóvenes con gomeras, piedras, palos y garrotes. La policía había llegado al lugar a las 18 con la orden del juez en la que se certificaba la titularidad de los japoneses sobre los terrenos, en los que ya se habían comenzado a delimitar con hilos, estacas y palos. Lo que fue la canchita de fútbol pasaba a ser un asentamiento detrás de la escuela 40. Los cabecillas exigieron ver los papeles cuando comenzaron los primeros empujones. Estaban todos los comisarios de Florencio Varela, más unos 100 uniformados y el Grupo de Apoyo Departamental (GAD) con escudos, cascos y escopetas abarrotadas de balas de gomas. No fuera a ser cosa que se repitieran los hechos del viernes pasado cuando en el medio del desalojo de Bosques se acabaron las postas de gomas y hubo que recurrir a las piedras. Dicen que una palabra trae a la otra. Los okupas le reclamaron al Jefe Distrital Walter García que exhibiera la orden de desalojo porque de lo contrario no habrían de irse. El policía trató de calmar a los más exaltados, pero siempre un empujón trae aparejado como respuesta 100 empujones. Y asi comenzó la batalla de Villa Angélica, como la de Amenábar, del viernes pasado en Bosques. Sobre la calle Parravicini se generó la mayor revuelta. Los okupas se replegaron a cascotazo limpio. El director de este diario quedó en el medio de la refriega. Había que esquivar las piedras, pero no asi los golpes de los bastones de goma policiales (¡Y como duelen!) que se lanzaban contra todo aquel que no vistiera ropa policial. El periodista se dobló del dolor ante el bastonazo en la espalda y a traición, cuando se dio vuelta para retratar al primer detenido que lo llevaban en el aire entre 5 uniformados. En ese momento el comisario Walter García hizo de escudo para que el periodista no recibiera otro golpe (se le agradece). Los gases lacrimógenos disparados inundaron el ambiente. Una bomba de gas cayó en una casa donde había varios chicos. Los vecinos luego se quejaron ácidamente sobre la refriega frente a su casa. El comisario García les exhibió el cascotazo que recibiera en el pecho, del lado izquierdo, con una hematoma importante y con manchas hemáticas. La misma mala suerte había corrido el comisario Rubén Juárez, jefe de la comisaría 5ta de Varela quien fue herido por un piedrazo que dio en su cabeza del lado derecho. Los agresores huyeron cubriendo la retirada a piedrazos y gomerazos. La policía los siguió en patrulleros y otros a pie apresaron a dos que se sumaron a otros tres detenidos anteriormente. En la refriega del viernes en Bosques hubo dos detenidos, entre ellos el autor de intentar sustraerle una escopeta a una mujer policía. Tras declarar en la justicia, fueron liberados. Del mismo modo serán liberados los apresados ayer. Cabe recordad que hace un año una dirigente social paso dos dias detenida por pedir agua en la ruta 36. Florencio Varela está viviendo horas difíciles y de mucha violencia. Se están sucediendo tomas de tierra que la política parece no tener explicaciones o no interesarle, pues no dice una sola palabra. No podemos los varelenses darnos el gusto de esperar un muerto para que estas cosas dejen de suceder.   Varela al Día

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