Contador, abogado y con trayectoria en la gestión pública, a partir de su tarea en la economía del Municipio: Daniel González, primer candidato por la Lista 2 de Unidad Ciudadana.
Habla del rumbo de la economía en nacional, una “receta conocida que poco sabe de inclusión”, y la mentira de la “revolución de la alegría”, para referirse al oficialismo. Hoy, acompaña a la ex Jefa de Estado en Mar del Plata.
-¿Qué lleva a Unidad Ciudadana a organizarse de cara a las próximas elecciones? ¿Qué cosas cree que urge cambiar?
Estamos viviendo una realidad muy difícil. La gente la está pasando realmente mal. No hay trabajo, vemos todos los días nuevos despidos, con represión, los precios están por las nubes, la plata no alcanza, las tarifas son impagables y tenemos un cierre masivo de comercios e industrias. Así no se puede vivir más. No estamos hablando de frases hechas, estamos hablando de hechos concretos. Este miércoles, amanecimos con la foto de una cola de ocho cuadras en los supermercados esperando el día de descuento, gente que pasó toda la noche a la intemperie y con frío para cuidar el bolsillo. Es un escenario tristísimo.
-Concretamente para Varela ¿cómo cambió en términos económicos la situación?
Hubo varios factores que contribuyeron a este complejo escenario de un distrito en el que la mayor parte de la población pertenece a la clase media y baja. El traslado de la sede que la multinacional Honda tenía en Varela a la ciudad de Zárate, y el achicamiento con reducción de personal y producción de la forma Alpargatas fueron dos golpes duros para Florencio Varela. Pero también muchas empresas y pequeños establecimientos adoptaron restricciones; tuvimos un cierre masivo de comercios, porque en los últimos meses hubo más de 150 locales que debieron cerrar; rubros como indumentaria, perfumería y electrodomésticos registraron hasta un 70% de baja en ventas; e incluso a nivel comunal, la caída de la recaudación. Porque claro está que la gente va a intentar primero pagar la luz o el gas para que no se la corten, y luego cumplir con los demás impuestos. Todo eso es un combo que desemboca en otras cifras todavía más duras, como la de más cantidad de vecinos comiendo en comedores, o más gente en situación de calle…Otro dato que me impactó mucho desde lo local es la situación de las panaderías, porque estamos hablando de un indiscutible producto de primera necesidad, y porque estamos en invierno, que es la época del año en la que más venden. En reuniones con dueños y el presidente del Centro de Panaderos de Varela nos hablaban de una merma del 40% de su trabajo, de boletas de luz superiores a los $8000, cuando estaban pagando 1500$. Si esto es la “revolución de la alegría” estamos en una mentira.
-Desde el oficialismo, se insiste en la “pesada herencia”…
Mirá, hace unos días en una recorrida por un barrio, un padre nos contaba que su hijo de 15 años le había preguntado qué significaba la palabra “merendero”, porque nunca la había escuchado y ahora comenzaba a sentirla porque habían abierto algunos cerca de su casa. Si te ponés a pensar en esa anécdota, ese chico había vivido la mayor parte de su vida con los gobiernos de Néstor y Cristina, y no sabía lo que quería decir merendero porque afortunadamente no habría tenido uno cerca. Con esto no estoy diciendo que no hayan existido, pero sin dudas el contexto hoy es otro. Volvimos al trueque, los merenderos y los comedores comunitarios.
-Macri insistía en un “segundo semestre” con inversiones y lluvia de dólares. ¿Por qué cree que eso no sucedió al menos en el plazo indicado?
Porque no puede haber confianza en un país que no logra controlar la inflación, donde la conflictividad social y las protestas encuentran su modo de expresión todos los días en las principales calle y avenidas, donde la gente se queda sin trabajo y cierran las Pymes ahorcadas por el ajuste. Entonces la receta parece ser el endeudamiento y el ajuste, receta conocida que poco sabe de inclusión. En menos de un año y medio se endeudaron por casi USD 100.000 millones, más del doble de la deuda contraída por la Dictadura Cívico-Militar.
-La Universidad Arturo Jauretche fue uno de los grandes logros de la ex Presidenta y de la gestión de la que usted mismo forma parte. ¿Le preocupa su situación hoy?
Sí, claro. Es nuestro gran orgullo. Hoy estudian ahí 24 mil chicos, cuando nadie pensaba que Varela podía tener una Universidad. Antes las noticias en relación a la UNAJ rondaban en conocer las primeras generaciones de egresados en su familia. Hoy, conocemos sobre los salarios adeudados a sus docentes, del ajuste aplicado por el ministro de Educación Esteban Bullrich… Entonces recordamos que fueron los políticos vinculados hoy a Cambiemos los que en su momento votaron en contra de la UNAJ. De todos modos, preocupa la educación no sólo en lo que tiene que ver con la UNAJ. Por ejemplo, vemos cómo se recortan las becas del Conicet. Todos recordamos el gobierno que mandaba a lavar los platos a nuestros científicos, y no queremos volver a ese lugar. Quiero debatir con los demás candidatos por la situación difícil que atraviesa nuestra Universidad.
-¿Qué representa la lista de Unidad Ciudadana que encabeza?
Representa una pluralidad de voces, que estamos convencidos que es lo que se necesita: que todas las voces sean escuchadas. Laura Ravagni, es una reconocida dirigente barrial, experimentada en la labor deliberativa. Darío D´ Aquino, ha crecido con un alto reconocimiento entre los gremios de la zona sur. Luego, Mario Kanashiro, médico de gran trayectoria y pionero en terapias complementarias, tan necesarias en estos tiempos. Pero también la integran representantes barriales, cooperativistas, gran cantidad de organizaciones sociales y políticas, participantes de entidades intermedias reconocidas. Cristina planteó este frente a favor de la unidad y contra el ajuste, y nosotros somos un grupo de personas que sabemos lo que necesita Florencio Varela, cuál es la realidad y cómo la están pasando los varelenses.
Varela al Día
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