Ayer por la noche, jóvenes y talentosos músicos se subieron al escenario de la Subsecretaría de Cultura y Educación, y brindaron un concierto que recorrió distintos géneros musicales.
“Chaska” abrió el telón, con los nobles sonidos de cuerdas interpretados por violines, violas y chelos. El sexteto debe su nombre a la lengua y cultura quechua, a partir de un ritual que invocaba el sonido a través de las estrellas. Joana, una integrante de la banda expresó: “Para nosotros la música lo es todo”.
Su compañero Mauricio explicó que “Chaska” es un “grupo de amigos” y que diariamente “nos formamos, algunos toman clases particulares y participan de la Orquesta Sinfónica Municipal”. Por otro lado, Joana y Mauricio contaron que para cerrar el año musical, fueron invitados por Juan Figuieras, coordinador del ciclo Grandes Conciertos de la Facultad de Derecho (UBA), para participar de una presentación el 17 de diciembre en el salón auditorio de esa casa de altos estudios.
Anoche interpretaron diferentes piezas musicales. Entre ellas, “Adiós Nonino”, de Astor Piazzolla.
Luego fue el turno de “Umbrales Quinteto”, un conjunto de músicos oriundos de Florencio Varela, Berazategui y Quilmes, quienes interpretan sus canciones a través la guitarra, el contrabajo, el violín, el piano y el bandoneón. Durante el domingo, realizaron un repertorio que encuentra influencias en el folklore, la música contemporánea, el rock, pero sobre todo, el tango.
Alfredo, su guitarrista, indicó que el quinteto encontró una estabilidad hace dos años cuando finalmente lograron la formación definitiva. “Son jóvenes con historia en la música", indicó. “Nosotros vivimos esto como trabajo, de no faltar nunca a los ensayos y tener la continuidad de tocar; tenemos un promedio de uno o dos conciertos por mes”, explicó Alfredo. Esta voluntad y perseverancia se vieron proyectadas en grabar su primer disco a fin de año.
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