lunes, 19 de diciembre de 2016

Un Mate demasiado caliente



Argentino de Quilmes, el primer club criollo de nuestro fútbol, es gobernado por un gremialista gastronómico que lo transformó en su feudo. Piñas y fuego a discreción contra opositores.


Por Gustavo Veiga
Argentino de Quilmes es un pedazo de la historia más antigua del fútbol nacional y una porción más que evidente de su crítica actualidad. El club fue tomado por un dirigente del gremio gastronómico que lo gobierna a control remoto: Daniel Zisuela. Los afiliados a su sindicato, la Uthgra que lidera Luis Barrionuevo en el orden nacional, según la oposición reciben más beneficios que los asociados. A un ex vice enfrentado al oficialismo, Leandro Fagioli, le incendiaron el quiosco en la madrugada del jueves pasado. El equipo juega en la Primera C, perdió su último partido como local 3 a 0 con uno de los peores del campeonato y todo terminó en medio de serios incidentes. Encima la institución se expone ahora a una sanción porque presentó un recurso ante el juzgado federal de María Servini de Cubría para pedir que se adelantaran las elecciones en la AFA. Por esa medida, el fútbol nacional quedó al borde de un castigo de la FIFA. El escrito lleva la firma de su vice Julio César Sosa en nombre del bloque Ascenso Unido. El mismo al que se vio en un video de TyC Sports tirándole una piña a un socio subido a un vallado. O que habría amenazado de muerte a otro, Ezequiel Patricio Castro, quien lo denunció en la comisaría 1° de Quilmes.

El Mate, como se lo conoce a Argentino de Quilmes por ser el primer club criollo del país, cumplió 117 años el 1° de diciembre pasado. Nació casi con el siglo XX, en 1899, y es el sexto más antiguo entre los que practican fútbol. En 1939 participó por única vez en el torneo profesional de Primera. Salió último y no ganó un solo partido. Pero se dio el gusto de enfrentar a River y Boca. Juan Botasso, a quien apodaban la cortina metálica, fue el jugador más importante de su historia. Atajó en el seleccionado nacional, subcampeón mundial del ‘30. Esa gloria pretérita tiene muy poco que ver con su lamentable actualidad. En las 18 hectáreas del predio que ocupa la institución junto a la autopista Buenos Aires-La Plata contrastan instalaciones casi abandonadas con canchas de tenis recién inauguradas. La agrupación opositora Celeste y Blanca denuncia que la cantidad de socios bajó un 600 por ciento (de 1500 en 2014 a los casi 250 de hoy).

Su presidente Zisuela es un hombre con pasado turbio (ver aparte) y trayectoria en la política y el sindicalismo. Edil en el partido de Florencio Varela, llegó al máximo cargo del Concejo Deliberante a comienzos de noviembre. Su debut no podía haber sido peor. Una patota de la Uocra atacó a concejales del Frente para la Victoria en plena sesión. Dos de ellos quedaron heridos. Hubo robos y volaron sillas, tazas y vasos. Los bloques del FpV y Cambiemos le reprocharon a Zisuela su pasividad. El máximo dirigente de Argentino de Quilmes –en uso de licencia– milita en el Frente Renovador de Sergio Massa, es también secretario general de la seccional sur de Gastronómicos y empresario. Algo que está muy naturalizado en la burocracia sindical.

Como hombre de negocios, llegó para gerenciar el club hace casi trece años. Había hecho una experiencia semejante en San Martín de Burzaco –que también juega en la C– hasta que la barra brava lo habría amenazado y tuvo que irse. En 2008 se presentó en Argentino de Quilmes como candidato a presidente y lo eligieron encabezando una lista que integraba Fagioli como vice 2°, su actual opositor. Cinco años después el equipo ascendía desde Primera D, la última categoría del fútbol argentino, donde permaneció ocho años. En 2013, ése fue el máximo logro deportivo de su gestión. Pero el club empezaba a desbarrancarse en todos los rubros que caracterizan a una sociedad civil sin fines de lucro. Su deuda aumentaba a un millón de pesos, se acumulaban los juicios laborales, varias de sus instalaciones se deterioraban y la oposición se hacía escuchar a través de comunicados.

En uno de este año denunció: “Desde Celeste y Blanca nos preguntamos dónde está el dinero que la gente de la Uthgra (Unión de Trabajadores Gastronómicos) dice poner en el club. Si no pagan lo urgente, si ponen en riesgo la existencia misma de la institución. Si dejan al plantel de fútbol sufriendo durante cuatro meses sin ver un centavo y obligan a un ídolo como el Pájaro Marclay a quedar libre. Si la fachada es pintada por personal municipal y con fondos municipales. ¿Dónde está la plata de la Uthgra?”

Un integrante de la agrupación opositora, Nahuel Bacigalupo (socio 19.369), le dijo a PáginaI12: “Zisuela llegó de la mano de Omar Luis Daer, el anterior presidente y abogado de Carlos Menem, que terminó mal su gestión. Al menos él tuvo la dignidad de dar un paso al costado. Pero el actual presidente vino como gerenciador y el gran salvador porque teníamos una situación de acefalía. Dijo que iba a poner plata del sindicato y metió la publicidad de Uthgra en la camiseta del equipo. Antes teníamos las de los bingos de Florencio Varela y Quilmes donde él participaba, pero ahora la principal es de los Gastronómicos”.

Como Zisuela está muy ocupado en otros menesteres, lo reemplaza Sosa, su vice. Es el mismo que intentó golpear a un socio el viernes 9 de diciembre. Esa tarde el Mate perdió 3 a 0 con Argentino de Merlo y hubo incidentes adentro y afuera del estadio, que tiene una platea sacada de una postal, estilo inglés y que se inauguró en 1927. Cuando la goleada en contra con el último del torneo estaba sentenciada, un grupo de hinchas bajó desde la tribuna para insultar a los jugadores, el técnico y los dirigentes. Sosa estuvo lejos de apaciguar los ánimos. Se elevó sobre una valla que lo separaba de la gente y arrojó un golpe. TyC Sports tomó las imágenes de ese momento. Bacigalupo dice que no es la primera vez que el vice agrede a un opositor. Según él, en un ataque anterior tuvo como blanco a Juan Ignacio Restucci.

Sosa se defendió en el diario El Sol de Quilmes: “Nosotros no amenazamos a nadie, nos defendimos. La gente que estaba en la cancha vio lo que sucedió; respondimos en base a una agresión. No invento, desde la tribuna ellos insultaban. Sería distinto que yo hubiese ido a la popular a agredir”. Optimista, el vice en ejercicio de la presidencia agregó: “El agravio existe hace mucho tiempo, nos tratan de delincuentes y de narcotraficantes. Se equivocan. El socio va a seguir estando con nosotros, no tengo duda”.

Fagioli amplió la denuncia de Ezequiel Castro contra Sosa porque dijo que lo amenazó de muerte y también declaró ante la Fiscalía N° 11 de Quilmes por el incendio premeditado contra su quiosco. A las 02.08 de la madrugada del jueves 15, un individuo atacó su local, que se encuentra sobre la calle Alberdi casi esquina Moreno. Lo hizo arrojando un líquido inflamable sobre la persiana y provocó que se quemara. Si los bomberos de Quilmes no hubieran intervenido rápido, el fuego se habría extendido hacia la vivienda donde dormía la madre del ex directivo opositor. Vive al lado. Pero apenas hubo tres vidrios rotos y la mercadería no llegó a incendiarse. El atacante huyó a bordo de un Volkswagen Gol Power blanco.

La agrupación Celeste y Blanca declaró en otro comunicado: “Reafirmamos nuestra lucha indeclinable contra la patota y su accionar mafioso con el que pretenden atemorizar a los socios para que no participen de la asamblea ordinaria del 22 de diciembre”. También responsabilizó “al presidente Zisuela por el accionar violento de sus subalternos y de la patota de la Uthgra. Asimismo, le decimos a la comisión directiva del club que la única forma de solidaridad que pueden expresar ante estos hechos aberrantes es presentar su renuncia”.

En el oficialismo no se dieron por enterados. Sosa dice: “Vamos a inaugurar la pileta, levantamos juicios y construimos una tribuna de cemento”.  Fagioli responde que “la vida política del club está cruzando todos los límites. Este tipo de cosas no pasaron nunca”.

gveiga12@gmail.com

pagina12.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario