sábado, 10 de junio de 2017

Brian Fernández, el pibe que venció la estigmatización



A menudo la sociedad suele estigmatizar a personas puntuales por la manera en la que viven, las dificultades que atraviesan, los errores que han cometido, o simplemente, por el color de piel, su forma de hablar o la historia de vida que acarrean en sus espaldas.

Sin embargo, los integrantes de esta enorme masa, que evoca toda su opinión con una gran devoción y piensa que es dueño y señor de la verdad absoluta, en realidad son marionetas de los solo algunos medios de comunicación quienes, lamentablemente, mediante personas “perfectas”, informaciones, mensajes, publicidades, imágenes, sonidos, colores y todo lo que usted se pueda imaginar, arman un estereotipo al cual todos deberíamos seguir.
Y cuando un ser humano se sale de tal estereotipo y además tiene el agregado que es sumamente conocido por la profesión que desarrolla, la cosa se agrava y se pone fea…en serio. Es que el poder que tienen los medios en los días que vivimos, se agranda mediante las diferentes ramas que poseen para llegar al lugar más recóndito del país y del mundo.

Estamos al horno. La TV, la radio, los diarios e internet junto a las redes sociales forman un combo literalmente explosivo para quien lo desee, donde si montan un juicio de valor sobre nuestra persona, como comúnmente se dice en el barrio, “estamos en el horno”. Y son pocos los individuos que han sabido reponerse de tal situación. Ni hablar los que pudieron demostrar totalmente lo contrario. Y si hablamos de futbolistas, son contados con los dedos de la mano…o del pie.
Ya que el futbolista Brian Fernández, mediante su prodigioso pie derecho y dentro de una cancha de fútbol, comenzó a cerrar bocas y veredictos que caían sobre él luego de su doble doping positivo y dos ausencias en las prácticas cuando vestía la camiseta de Racing Club; lo que le costó su irrevocable salida en condición de préstamo a otra institución.
Y esos mismos medios de comunicación que evocaban que era una “mala persona” por cometer deslices que puede tener cualquier chico que posee su edad (22 años), de repente comenzaron a darse vuelta. Situación que no ocurrió cuando Brian el año pasado hizo un tratamiento para resolver su adicción cuando se encontraba en México.
Fernández, el pibe de Santa Fe que alcanzó el sueño de llegar a jugar en Primera División hace poco tiempo luego de ascender con Defensa y Justicia (club donde debutó como profesional) de la Primera B Nacional justamente a la elite del fútbol argentino, actualmente viste la camiseta de Sarmiento, se repuso de la depresión que acumulaba e hizo de sus palabras acciones, ya que comentó que “adentro de una cancha era feliz” y en Junín dejó en claro que es así.

El rival más difícil. Brian vive con un gran amigo que le dio la redonda, como lo es Walter Busse, en una ciudad apartada de la “mala junta”, tal como explicó el jugador que lleva el número 38 en la espalda en honor a su hermano fallecido hace un tiempo atrás (en total son 4, ya que además de David también están Leandro -delantero de Independiente- y Nicolás -que está en la Reserva del Halcón de Florencio Varela-), volvió a jugar y convirtió tres goles en cuatro partidos, tiene un gran nivel futbolístico y un comportamiento excelente fuera de la línea de cal.
Sin embargo, pese a sus enormes conquistas que le permiten al Verde juninense seguir con el sueño de lograr el milagro de la permanencia y estar clasificado a la siguiente instancia de la Copa Argentina, el gol más importante de Brian esta vez no tuvo que ver con mandar la pelota al fondo de la red, sino con demostrarse en primer lugar a sí mismo que su fortaleza mental y las ganas que tiene triunfan ante cualquier adversidad. Y, posteriormente, que en los días complicados que corren, no solo dio vuelta un resultado que parecía irreversible, sino que le terminó ganando por goleada a un rival difícil, que se cierra atrás, te juega de contra y en cualquier momento te aniquila…como lo es la estigmatización.

laverdadonline.com

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