domingo, 19 de septiembre de 2010

Reorientan la obra pública con la mira en las elecciones

El Gobierno contrató encuestas para decidir el destino de fondos.  La encuesta del analista incluye los 13 distritos más importantes del conurbano: Ituzaingó, Merlo, Moreno, San Fernando, Tres de Febrero, La Matanza, Lomas de Zamora, Berazategui, Quilmes, Esteban Echeverría, Avellaneda, Florencio Varela y San Vicente.


El secretario de Obras Públicas, José López, llega a las reuniones con cada intendente acompañado por el analista Carlos Fara y una encuesta de 100 páginas. Fara desgrana números, habla del distrito y muestra detalles: desde la intención de voto presidencial hasta el humor en cada barrio por la más pequeña de las obras locales. López explica la lógica de las inversiones en 2011 y habla del futuro electoral: "Si hacemos las cosas bien, ganamos en primera vuelta".



Desde hace más de un mes, la misma mecánica se repitió en casi todo el conurbano. El área que conduce López, bajo el ala del poderoso Ministerio de Planificación, a cargo de Julio De Vido, contrató a Fara para hacer "un estudio profundo" de la región política más populosa del país, donde Néstor Kirchner concentrará su proyecto para mantenerse en el poder.



En rigor, el Gobierno reorienta las obras públicas de acuerdo con una cuidadosa programación electoral, con un presupuesto millonario que, en 2011, tendrá un aumento superlativo: De Vido manejará más de 54.000 millones de pesos. "Me contrataron para trabajar especialmente en la identificación y evaluación de cada una de las obras públicas en los distritos de cara a 2011", confirmó Fara a LA NACION. La encuesta del analista incluyó los 13 distritos más importantes del conurbano: Ituzaingó, Merlo, Moreno, San Fernando, Tres de Febrero, La Matanza, Lomas de Zamora, Berazategui, Quilmes, Esteban Echeverría, Avellaneda, Florencio Varela y San Vicente.



La orden oficial fue que el estudio incluyera todas las variables posibles, electorales y económicas.



Según reconstruyó LA NACION entre cinco de los intendentes que recibieron los sondeos, de mano de López y Fara, hubo estudios de imagen de todos los políticos argentinos; sondeos electorales presidenciales, provinciales y locales ante todos los escenarios; evaluaciones de cada uno de los servicios públicos y, sobre todo, un minucioso seguimiento de las obras en marcha y de las demandas de los vecinos. "Hicimos un estudio de fortalezas y problemas que el Gobierno podrá usar para reorientar la inversión", detalló Fara.



Desconfianzas



El Gobierno les dio una semana a cada uno de los 13 intendentes para que "opinaran" sobre las encuestas. Según pudo saber LA NACION, el flamante mecanismo encierra también un mensaje político: Kirchner sospecha del diagnóstico territorial de los intendentes y desconfía de sus pedidos personales de obras.



En 2009, el ex presidente recibía en la quinta de Olivos a los líderes distritales y él mismo anotaba todos los pedidos, a cambio de apoyo electoral. Al final, en las elecciones del 28 de junio, muchos intendentes ganaron y Kirchner perdió. Ahora, el ex presidente ordenó cambiar la lógica. "Queremos controlar si lo que piden los intendentes le sirve al Gobierno", dijo un allegado a las tertulias de Olivos, al tanto del avance del sondeo.



En 2011, el jefe del PJ pretende lograr que todas las obras favorezcan la imagen del Gobierno y, especialmente, su suerte electoral. De hecho, en las reuniones, López hace especial hincapié en el futuro del "proyecto nacional" y habla de la candidatura del ex presidente, de acuerdo con varios participantes de las reuniones reservadas.



LA NACION intentó esta semana tener una versión oficial de esos encuentros, pero los voceros habituales de López y de la Secretaría de Obras Públicas no respondieron los mensajes en ese sentido.



"Estamos mejor de lo que pensábamos", se entusiasma López, según cinco de los jefes comunales con los que habló en las últimas semanas.



El funcionario hace saber, con números en mano, que Kirchner tiene un promedio de 43 por ciento de intención de voto en los 13 distritos clave. En Florencio Varela, Moreno y Esteban Echeverría superaría los 50 puntos. En el resto, el líder peronista serpentea sobre los 30. Según las mismas fuentes, Daniel Scioli es el mejor posicionado en la carrera por la gobernación, con el 25 por ciento de intención de voto, nueve puntos por encima de Francisco de Narváez.



Pero no todos confían en esos números. En medio de la ebullición del peronismo bonaerense y después del reto público de Kirchner a Scioli de la semana pasada, varios caciques dudan, en la intimidad de sus despachos, tanto de las encuestas como de las verdaderas intenciones del ex presidente. Los inquieta el futuro: si Kirchner no interviniera, varios de ellos ganarían con comodidad sus distritos.



Igual, en público, sobreactúan los respaldos, deseosos de recibir más fondos de obras públicas. Un dinero que, en los últimos meses, había empezado a escasear. "Si van a llegar los fondos, que planifiquen y reordenen todo lo que quieran", se ilusionan. El año que viene, en plena campaña electoral, el ministerio que comandan De Vido y López no sólo tendrá para gastar un 39 por ciento más que este año (llegará a más de 54.000 millones de pesos), sino que podrá endeudarse por 7560 millones de dólares (de lo que se informa por separado).



En las encuestas distritales, el Gobierno hizo sondear cada detalle para invertir el dinero. Hizo preguntar si la gente está al tanto de las obras públicas, dónde se necesitan nuevos trabajos, cuáles obras consideran los vecinos que fueron más valiosas y hasta a quién elogia la gente cuando hay avances.



Kirchner intenta acumular elementos para decidir cómo orientar las cuantiosas partidas oficiales. Y evaluar su suerte y el "juego" de los intendentes, a varios de los cuales, en Olivos, todavía sigue llamando "traidores".



Publicado por La Nación

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