sábado, 2 de febrero de 2013

La hora más dramática de un ídolo de Defensa




Juan Carlos Moles es el máximo goleador en la historia del Halcón pero pasa su momento más dramático y los dirigentes del club le dan la espalda.
Nos enteramos Juan que estas pasando un momento no muy bueno. ¿Es así?
Estoy complicado, me quedé sin trabajo hace un mes y a mi edad se hace difícil conseguir otro. A mi edad se hace difícil que te den trabajo, la estoy remando, tiro para adelante, yo no bajo los brazos, así me dice mi mujer, que siga luchando, gracias a su apoyo sigo teniendo fuerzas y sigo adelante.




¿Estás buscando algún trabajo en particular?

Yo quiero trabajar, me siento útil, tengo una familia, yo quiero trabajar de lo que sea. ¡Tantas alegrías le has dado a los varelenses, quizás alguien te pueda ayudar! Durante mucho tiempo trabajé como seguridad, y siempre quise cambiar de trabajo, pero muchas veces intenté comunicarme con dirigentes de Defensa y ex dirigentes, pero no me atendían el teléfono, me tenía que conformar con seguir trabajando como seguridad porque tenía una familia que alimentar.



¿Los dirigentes de Defensa después de todo lo que distes crees que son ingratos con vos?

Yo digo que si, antes me venían a buscar en auto para llevarme a jugar, me daban pases para los colectivos, para no pagar boleto, me hacían sentir como el mejor, como el “Maradona de la B” así me llamaban en los diarios en esa época. Hoy yo los necesito a ellos. Todos me dan la espalda.



¿Te referís a los dirigentes, a la gente la separas en todo esto?

Si, de la gente no puedo decir nada, les estoy agradecido por todo lo que me dieron y me siguen dando, de la gente no me puedo quejar. La semana pasada mi hijo se fue a hacer un tatuaje, llegó un cliente del tatuador y el dueño del local le dijo: “Vos que sos de Defensa te cuento que este pibe es hijo de Juan Carlos Moles, el muchacho lo abrazó a mi hijo y le dijo que no me había visto jugar pero por lo que cuentan Moles fue lo máximo, mi hijo vino emocionado. Eso es hermoso, el reconocimiento de la gente es maravilloso. De la gente no puedo decir nada, los poderosos son los otros, los que me podrían dar una mano, yo necesito un trabajo digno. Hace treinta años no se ganaba bien.



Quiero un trabajo, no pido plata, un trabajo para mantener mi familia, mi casa. ¿Por qué cree que no te atienden los teléfonos?

Debe ser porque no me reconocen, estoy más gordo, tengo canas, ya no tengo rulos. Es raro que no me reconozcan, capaz que no me quieren reconocer. Muchos de esos antes se colgaban del alambrado gritando un gol mío, hoy no me conocen. Nadie me va a quitar la esperanza, la fe, sé que voy a salir adelante.



infosurdiario.com

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