lunes, 10 de marzo de 2014

DEFENSA EMPATÓ 2 A 2 CON INDEPENDIENTE DE MENDOZA. SIGUE A 4 DE BANFIELD Y AUMENTÓ UN PUNTO SU VENTAJA SOBRE EL “ROJO”

Defensa empató 2 a 2 con Independiente de Mendoza. Sigue a 4 de Banfield y aumentó un punto su ventaja sobre el “Rojo”
Entramos en la última vuelta, hay tañir de campana.  Defensa viene a rueda de Banfield, quien adelantó el embalaje final algo cortado del resto, pero no del Halcón. En una competencia ciclística de pista es dura la carrera, pero la definición está en el embalaje final, donde todo lo hecho anteriormente hay que revalidarlo en una buena ubicación en la última curva, en un resto físico importante tras el desgaste general y en saber que hasta el último orejón del tarro te puede sacar los codos y mandarte a la banquina. Y eso es lo que empieza a transitar por primera vez en su historia desde 1978 Defensa y Justicia. Y no  porque no sepa lo que es un ascenso, el tema es que éste es “el” ascenso. A la Primera, obvio, al fútbol grande de la República Argentina. En el inicio de la “última gran vuelta”, con apenas 15 fechas por delante, Defe igualó un durísimo partido con el Independiente mendocino, y está bien. Desperdició mucho en el primer tiempo, se descuidó un par de veces en el segundo y arremetió hacia el final en busca de lo conseguido: la igualdad. De ahora en más, toda la parte final de la competencia será así de dura, y tendremos que acostumbrarnos.


Arriba todo sigue igual, todo sigue igual de bien. Empató Banfield y entonces Defe permanece a 4 puntos del Taladro. Le saca 7 de ventaja al Independiente de éste lado del Riachuelo y mantiene las 8 unidades respecto del cuarto, Atlético Tucumán. El partido arrancó con un primer avance por izquierda, subiendo Benítez con el balón en sus pies y sacando un zurdazo al área que, tras una serie de pifias y de sendas y erráticas chilenas de Axel defensa-y-justicia-Ind. Rivadavia_02Juárez y Washington Camacho, Brian Fernández encuentra en la puerta del rectángulo más chico y manda al fondo de la red. Defe se ponía en ventaja rápidamente y empezó a ser amplio dominador del juego. Así, con un atildado juego de Axel Juarez  y Nelson Acevedo en la recuperación, Bustamante poniendo sutiles pases o remates al arco y un Triverio que se mostró punzante y peligroso siempre, Defensa empezó a merecer el aumento del marcador. Lo tuvieron los nombrados, y también Brian, pero éste -más allá del gol- no fue lo suficientemente hiriente en la piel leprosa, una tibieza que el joven delantero muestra cada vez que le toca ingresar desde el arranque. No me quedan dudas, es jugador para el segundo tiempo y allí sí muestra su mejor imagen y me sobran argumentos para su elogio.

Así las cosas, la segunda pelota no llegó nunca a la red del bueno de Josué Ayala (gran noche) y los primeros 45 se diluían. Pero antes de ir a los vestuarios, Independiente Rivadavia encuentra la igualdad por parte de Lucas Gamba, quien recibió solo entrando por la izquierda del área tras un esfuerzo en vano de Juan Tejera por despejarla y saca un remate tibio, pero que Pellegrino no logra tapar porque, me dio la sensación, reaccionó medio segundo tarde sumado al pique previo del balón y a que nunca esperó que Tejera no despejara. 1 a 1.

Ya en el complemento, Defensa llegó menos. Cedió la posesión del balón y la Lepra empezó a inquietar al Halcón, que cuando atacó siguió desperdiciando lo suyo.  Con Lucero en cancha en lugar de Bustamante y con Claudio Guerra en lugar de Brian, Defensa siguió su andar casi todo el complemento con 3 hombres de ataque. Pero no hubo caso, y a los 33 minutos el frío cayó en el barrio Libertad: Ezequiel Pérez metió el segundo con un perfecto tiro libre que, palo derecho mediante, dejó descolocado a Pellegrino y a las 10 mil almas que poblaron el Tomaghello. Demasiado premio para una Lepra que mostró un equipo con más envión pos triunfo al Rojo que efectividad futbolística.  Con el mazazo en la cabeza, Cocca adelantó a sus hombres, dejando 3 en el fondo y a veces alguno menos. Defensa insitió, pero Josué Ayala, o Walter García o la mala puntería más algún delantero morfón prohibían el empate. Pero el arco de los milagros no podía fallar: faltando un minuto para el final, una buena jugada combinada llega al botín zurdo de Camacho que, sin perder tiempo, llega a la raya final y manda el centro atrás que detiene con calidad y manda a la red Juan Martín Lucero. Era justicia. Con sabor a poco, quizás, pero justicia. Y un paso fundamental en la dura lucha del final de la competencia.

Ya estamos llegando a la primera curva de ésta última vuelta. Adelante solo tenemos a Banfield. Atrás, un poco más lejos, al Independiente de la Av. Mitre a la izquierda y pegado a su rueda trasera el Decano tucumano. Luego el resto del pelotón se abre y amontona para llegar al podio. El viento en contra pega de lleno en el casco del Halcón, pero con un esfuerzo más llegaremos al amparo de Banfield, primero, para intentar superarlo después. Ésta carrera, la del ascenso, la ganan tres ¡y a mí me interesa ascender! Perdón, fui esclavo de mis palabras y me pongo algo exclamativo. Hay que saber controlar ansiedades y nervios. El equipo está por entrar en la recta opuesta. Queda poco, queda mucho.

A veces, aunque huela a poco porque fue en casa, hay que saber valorar un empate. Si arriba igualaron y abajo perdieron, no está mal el reparto de puntos, porque también evitamos que un nuevo equipo se suba al cuarto puesto. Defensa está vivo, muy vivo en éste duro certámen. Y eso está bien.


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