lunes, 7 de abril de 2014

En el banquillo por la muerte de Melisa



El ambiente es tan chiquito que el papá de Melisa, Eduardo Casco, y el dueño del zoológico donde trabajaba la joven y murió a manos de un oso hormiguero, quedaron literalmente cara a cara. Fueron dos jornadas de debates en el juicio oral y público donde se ventila la situación procesal de Claudio Quagliatta, después de siete años de que ocurriera la muerte de la joven cuidadora del paseo varelense que conmovió al país. Trece fueron las personas que declararon ante la doctora Sandra Martucci, titular del Juzgado Correccional Nº 5 de Quilmes, en su mayoría ex empleados del Zoológico de avenida Perón al 800, entre los que se cuentan a veterinarios y funcionarios de Fauna de la provincia de Buenos Aires y Nación.
El testimonio de la bióloga Cecilia Díminich, quien era la cuidadora en el Proyecto de Conservación del Oso Hormiguero Gigante podría ser clave de cara a la situación de responsabilidad del zoo en la muerte de Melisa. En su declaración, que duró una hora, contó las distintas irregularidades que pasó mientras trabajaba en el zoo de Varela, y aclaró, en varias ocasiones, que los cuidadores trabajaban sin ninguna medida de seguridad a la hora del tratar con los animales “Entrábamos a las jaulas solos, no teníamos elementos para defendernos de un posible ataque. Uno de los jefes de cuidadores, Marcelo Albarenque, había creado un trincho que era el único elemento que teníamos, antes de eso entraba a la jaula sola”, dijo. Diminich aseguró también que dejó el programa dado a que “Mi vida también corrió peligro en varias ocasiones. Un fin de semana cuando entré a la jaula el Oso se me vino encima a los zarpazos con sus garras, le tiré agua en los ojos como me había explicado el asesor científico del programa, Pérez Gimeno, pero el animal no se asustó y siguió acercándoseme. Tuve mucho miedo, y me defendí con las ramas de un árbol, y si no era por Rubén otro cuidador que pasó por ahí, no iba a poder escapar. Después en la enfermería, conté lo que había pasado, me di cuenta que tenía un rasguño en la pierna. Y de ahí no volví a entrar al sector de Ramón”, subrayó. “Yo le expresé lo que había pasado al director del zoológico, al asesor científico y a los demás cuidadores, pero no hicieron nada y por eso renuncié” dijo la joven. Según narró Díminich, ella fue la encargada de capacitar a Melisa como guía educativa, y aclaró “no estaba capacitada para entrar en contacto con los animales”. Luego declaró Pérez Gimeno, el asesor científico del proyecto osos Hormigueros Gigantes, quien explicó al tribunal los pormenores del manual de procedimiento que escribió para el programa, en donde destacó que “ningún cuidador tenía que entrar sólo. Cuando se tiene que ir a limpiar el recinto de los osos, el animal tiene que estar afuera. El jefe de cuidadores tenía que tener un Handy, y hay una indumentaria establecida para los cuidadores” dijo. Por otro lado, el veterinario, manifestó que visitaba el zoológico cada 15 o 30 días, donde dialogaba con los cuidadores sobre los animales de los proyectos, y que mantenía intercambio de información con la bióloga Cecilia vía e mail. Y sentenció su declaración manifestando haber recibido quejas de la bióloga sobre la actitud violenta de Ramón, y “le di la orden de que no entrara más sola”. Por último, Pérez Gimeno expresó que en el programa existían colgados dos escudos y trincho tipo tridente, que eran elementos de seguridad para ingresar a los recintos de los Osos. Recuadro Un cara a cara para sacar la verdad Tras realizarse las declaraciones de Pérez Gimeno, la fiscalía y el abogado de la familia Casco pidieron que se realizara un careo entre éste y Díminich. Allí, la bióloga expresó “hasta el 1 de diciembre de 2006 que me fui, no había escudos. Yo nunca vi elementos de seguridad, ni de defensa”. También fue relevante la declaración de Maximiliano Lovato, compañero de Melisa en el Zoo, quien declaró que la joven “no tenía capacitación para trabajar con los osos. Le habían ofrecido el trabajo y lo aceptó. Juntos leímos el manual del programa, y muchas veces ella me consultaba para que la ayude a hacer su tarea, porque no contaba con elementos de seguridad. Melisa entraba con un secador de pisos y con una silla para alejar a Ramón. El trincho me dijo que estaba roto y había pedido que lo arreglaran. Ella trabajaba sola en el proyecto” sentenció. Y aclaró que “luego del inconveniente que tuvo con el oso, donde él la atacó, yo iba por mi cuenta a ver si necesitaba ayuda, y muchas veces me dijeron que ese no era mi lugar que volviera a mi sector”. Lovato renunció a la semana de lo sucedido con Melisa por la gran congoja que sentía. Por último, dos ex administrativas declararon haber sabido del primer accidente sufrido por Melisa, un sábado, tres días antes de ser atacada gravemente. Narraron haber intentado informar el hecho a Quagliata sin poder encontrarlo, y recién comentárselo el día del accidente de la joven. Asimismo, aclararon que tomaron la orden de “aconsejarle” a Casco que no vuelva a entrar sola al sector del oso Ramón. recuadro Quagliata rompió en llanto En el marco de la primera jornada de debate, pidió declarar el empresario Claudio Quagliata, quien está acusado de homicidio culposo. Luego de una vasta explicación de la creación del zoo para la conservación de animales en peligros de extinción. Aclaró que el mismo cumplía con todas las normas de seguridad. Por otro lado, intentó desacreditar a Díminich al sostener que “habló por despecho, porque cuando era empleada ella quería quedarse con el lugar de Pérez Gimeno. Siempre tenía quejas de ella contra el asesor científico y contra el zoológico”. Al recordar a Melisa, expresó que “Era la única que venía y me saludaba con un beso. Era una chica querible pero tuvo un acto de irresponsabilidad, porque a la jaula debía entrar acompañada”. Asimismo, contó entre lágrimas que el 10 de abril del 2007, lo recuerda bien ya que “estaba haciendo una recorrida con un amigo, escuche unos gritos y corrí al sector del proyecto de osos hormigueros. Y la vi a Melisa en el suelo con el Ramón encima. Le tuve que pegar una patada para apartarlo de ella. Cuando la saqué recuerdo que me dijo me atacó. Estaba sola y no entiendo que hacia ahí donde no tenía que estar”. recuadro El dolor de padre y el clamor por Justicia Tras las intensas jornadas de debates, Eduardo Casco dialogó con Infosur sobre los detalles que, a su criterio, dejó la declaración de los testigos. En ese marco, el padre de Melisa, destacó que lo que salió a la luz es la “escasa o nula presencia de elementos de seguridad” con los que contaba su hija para atender sus labores. “Ya está bien claro que los elementos de seguridad no estaban. Acá se habla mucho de una capacitación para trabajar con los osos hormigueros pero no se habla de la agresividad que tenía este oso con los cuidadores. Donde la bióloga había planteado agresiones sufridas, que mi hija sufrió también tres días antes de que la atacara y le causara la muerte” dijo Casco en las puertas del tribunal. El vecino, que desde hace 7 años busca que se haga justicia por la injusta muerte de su hija, sentenció “tuvieron que esperar a que el oso matara a mi hija para poner más gente a trabajar. Al menos para mí quedó bastante demostrado de la inseguridad con la que se trabajaba. Y hoy creo firmemente con los testigos que declararon que está probado que mi hija no tenía nada con qué defenderse” expresó entre lágrimas y abrazado por su esposa. recuadsro Famliares y amigos no olvidan a la joven La sala del juzgado correccional N°5, de Vicente López 1333 de Quilmes, cuenta con una sala de juicio pequeña, donde sólo se permite el ingreso de 9 personas. Por eso varios familiares de Melisa Casco debieron interiorizarse del juicio en cada una de los cuartos intermedios. Mientras aguardaban a las novedades del caso, hicieron conocer a los vecinos cercanos al tribunal sobre la muerte de Melisa. Marcelo Vaamonde, hermano de Melisa, habló con Infosur y manifestó “nosotros buscamos justicia, que el dueño del zoológico vaya preso, para poder tener un poco de tranquilidad y que mi hermana pueda descansar en paz, y que mis viejos, mis tíos, mis primos y los amigos de Meli podamos tener un poco de calma, luego de tantos años de angustia”. Macarena y Florencia Casco, son primas de la joven víctima de la ferocidad del oso hormiguero, recordaron a Melisa en las puertas del tribunal. Ambas contaron que “desde que fue a visitar el zoológico, Melisa había querido entrar a trabajar allí, por que amaba a los animales”. “Directamente ya no pasamos por donde está el zoo. Esquivamos todo lo que tiene que ver con ese lugar, porque por muchos años tuvimos que ver los carteles publicitarios con la foto del oso que atacó a mi prima” dijo Macarena. Florencia, en tanto, lleva entre sus brazos un cuadro donde se ve a Melisa de pequeña, y al recordar a su prima asegura “el sueño de ella era trabajar con animales, pero a la vez se le veían en los brazos los rasguños que le hacía el oso. Yo la vi una semana antes del ataque con los brazos todos lastimados. Estaba a la vista de todos. Eso era tierra de nadie y el director quiere culpar a mí prima de tonta, de trabajar mal” y sobre el juicio expresó “escuchamos a Quagliata y tuvimos todos ganas de insultarlo cuando hizo que se largó a llorar recordando a mi prima. Es un cara dura”. recuadro La hora de los alegatos El miércoles 9 a partir de las 10 de la mañana, el letrado Carlos Poli patrocinante del empresario Quagliata; el doctor Fabián Améndola asistente legal de la familia Casco y la Fiscal doctora Nilda Fernández Philibert, leerán sus alegatos. Y se aguarda que entre el viernes y la próxima semana se dicte un veredicto por el hecho acaecido el 10 de abril del 2007 en el zoológico de Varela. De ser encontrado culpable, el empresario Melisa, tenía 19 años y había ingresado como guía escolar en el zoo de Varela. Luego fue trasladada al programa osos hormigueros gigantes, donde limpiaba y alimentaba a los osos. En la tarde del 10 de abril del 2007, fue atacada por uno de los osos de nombre Ramón, quien ya había tenido antecedentes de ataques contra otros cuidadores. La joven, que soñaba con ser veterinaria murió luego de estar internada durante dos días en el Hospital Evita de Berazategui, producto de las heridas causadas por el animal.

Romina Martínez Parfeniuk 
infosur.com.ar

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