miércoles, 1 de febrero de 2017

La madre del empresario asesinado había sido víctima de un crimen en la misma zona


(NA)

Aldo Oscar Venturini, el empresario que fue acribillado en Florencio Varela, había sufrido el asesinato de su madre en 1990, apenas a dos cuadras del lugar del crimen del lunes
31 de enero de 2017
La familia Venturini logró consolidar su nombre en Florencio Varela a lo largo de las décadas. Aldo, el empresario, el "cigarrero", el que llegó a afianzar un éxito comercial en toda la zona Sur de la provincia de Buenos Aires, se había convertido en la cabeza principal de la familia. Así y todo, la relativa "fama" en la zona y el bienestar económico sostenido durante los años convirtieron al hombre en blanco de la envidia y en uno de los principales objetivos de la delincuencia.


Venturini había iniciado su camino en el mundo de la distribución de cigarrillos en 1975. Con el pasar del tiempo, convirtió su empresa Casa Dany en la principal distribuidora de tabaco y golosinas en todo el sur de la provincia bonaerense.

El negocio, con su oficina principal en San Francisco Solano y que también se desarrollaba en el ámbito inmobiliario, era por lo menos exitoso: su balance comercial para 2013 indicó ventas netas por más de 220 millones de pesos en aquel año. En 2012 había facturado 180 millones también en ventas netas.


Su vida se terminó en la mañana del lunes, cuando fue emboscado y acribillado por cinco delincuentes en el camino hacia el banco, donde iba a depositar nada menos que unos seis millones de pesos, correspondientes a la recaudación del día sábado.

Así finalizó la aventura de un padre de tres hijos que, según sus familiares, se había transformado en alguien desconfiado. Un hombre que había sufrido ya una desgracia familiar a causa de la delincuencia y que aún así se encargaba de transitar las calles de Florencio Varela (con un arma en su poder) para depositar el dinero por su propia cuenta.

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Venturini murió tras recibir un balazo en la cabeza y otro en el pecho después de mantener junto a sus custodios un tiroteo frente a cinco delincuentes. El crimen se produjo en las calles República de Francia y Necochea, casi en el límite con la ciudad de Quilmes y precisamente a dos cuadras del lugar donde, 26 años atrás, el propio empresario había sufrido en primera persona otra tragedia familiar.

Fue el 2 de noviembre de 1990, cuando un grupo de delincuentes intentó realizar una entradera en la casa donde vivía Venturini junto a sus tres hijos, su mujer y su madre. En medio de una situación de confusión, los delincuentes asesinaron a la madre del empresario, Haydée Colavolpe, de 63 años, de un tiro en el pecho. "Ella alcanzó a decir sólo 'Ay, Aldito'", afirmó la hermana de Venturini, Rosa, al diario Clarín.

(NA)
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El terrible crimen ocurrido el lunes desnudó los interminables problemas de seguridad ocurridos en una zona donde no se termina de definir si el control pertenece al destacamento policial de Florencio Varela o el de Quilmes Oeste.

"Los delincuentes hacen lo que quieren acá. La zona está practicamente liberada. Estamos a la buena de Dios. Tanto las Comisarías 3ª de Florencio Varela, como la 9ª de Quilmes Oeste se pasan la pelota. Acá nadie se hace cargo de la seguridad", afirmó Sol, una vecina que vive a tres cuadras de donde se cometió el golpe comando.

La muerte del empresario dejó devastada a una familia. Sus tres hijos, que integran el directorio de "Casa Dany" desde 2001, quedaron devastados, mientras que su hermana Rosa expuso toda su rabia y aseguró que Aldo fue entregado por alguien de su círculo.

"Todo el mundo sabía que los viernes llegan los cigarrillos y los lunes se cobra la recaudación. Lo saben los empleados y la Policía", dijo la familiar, quien agregó: "Fue una batida asquerosa".

El crimen se produjo en las calles Francia y Necochea Foto: Luciana Granovsky
El crimen se produjo en las calles Francia y Necochea Foto: Luciana Granovsky
Venturini se trasladaba desde la distribuidora hasta un Banco Provincia ubicado en la calle Calchaquí junto a dos custodios, el teniente primero Leonardo Flores, quien resultó herido sin gravedad con disparos en una de sus piernas, y el sargento José Herrera, quien quedó ileso. Aún no se terminó de definir si en el vehículo también viajaba un empleado de la empresa. Algunos testigos indicaron que vieron salir corriendo a un hombre de la camioneta Renault Master al grito de "¡No me maten, no me maten!".

Desazón, desconcierto y desconfianza. La familia Venturini volvió a vivir una pesadilla en carne propia debido a la delincuencia en Florencio Varela. Pese a los recaudos y a la precaución ejercida durante años, hoy reina la sensación de que no fue suficiente. Hoy, 26 años después, vuelven a padecer la muerte trágica de uno de sus integrantes y el consuelo parece haberse esfumado entre esas calles que transitaron durante toda una vida.

infobae.com

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