Es el primer santo nacido y fallecido en el país, y Florencio Varela vivió con alegría y mucha emoción la histórica jornada. Para los varelenses cobra un valor especial porque pensar en Brochero es pensar en el Padre Gino Gardenal, adorado sacerdote y ferviente seguidor que supo sembrar entre los suyos esa misma devoción.
Contribuyendo a lo que fue una auténtica fiesta popular y religiosa, el Municipio dispuso en el lugar una pantalla gigante para seguir de cerca la ceremonia desde el Vaticano, además de números artísticos y música típica para animar la vigilia. También se hizo presente personal de Defensa Civil, Seguridad y una ambulancia para seguridad del evento.
Allí, gran cantidad de fieles esperaron desde la noche del sábado, reunidos para mirar en pantalla gigante el momento donde era proclamado Santo, mientras elevaban oraciones y cantos a su imagen, decorada en un santuario con flores, rosarios y una gran bandera Argentina, al lado de la Virgen. Números artísticos, pinturas, baile, charlas, mates, risas y también lágrimas de emoción, fueron los condimentos de una madrugada diferente, empapada de fe.
“Yo aparecí acá a los 17 años traído de la mano de Gino. Para mí fue todo. Fue a prender a compartir con el otro la común unión. Hoy tengo 53 y esto representa muchísimo. Gino fue un visionario”, reflexionó Juan Rolleri, uno de los vecinos que desde anoche aguardaba la canonización en el predio ubicado en Trenque Lauquen 2551.
AMOR
Por su parte, Nélida Ruiz sintetizó lo que significaba para ella el nuevo Santo con apenas dos palabras: “Mucho amor”. Al igual que Juan, ella también rememoró los recuerdos de Gino y cómo pregonó el rezo y fidelidad a Brochero. “Hoy hay muchas emociones encontradas en este lugar. Seguramente Gino está acompañándonos, porque evangelizó con el Cura Brochero. Estoy feliz”, destacó.
Otro de los varelenses que se dio cita en la casa de Bosques fue Benito Enriquez, quien ve como “una nueva forma de vida” la fe en un hombre que empujó el progreso comunitario en Córdoba, que murió ciego y con lepra, enfermedad que había contraído visitando enfermos. Llegado desde Corrientes, Benito había sufrido el desarraigo de su tierra, y encontró en la sede religiosa varelense un sitio donde contagiarse de buenos valores. Porque, según dice, para él “Gino fue como mi propio padre”.
FELICIDAD
“Estamos muy contentos. Por eso estamos celebrando en esta vigilia para preparar el corazón. Estamos felices y a la vez un poco nostálgicos por tanta gente que ha pasado como el Padre Gino, el Padre Obispo Novak, y tantos laicos que han trabajado. Hemos soñado mucho con este día”, contó el Padre Lucio.
Por último, Valeria Kreick, directora de Culto del Municipio, resumió que “la comuna siempre apoya esta clase de eventos, sobre todo en comunidades como esta, donde se trabaja de cerca con la gente del lugar, de manera gratuita, brindando contención desde hace muchos años. Por eso el compromiso del intendente Julio Pereyra para con toda esta gente”.
Perspectiva Sur
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