En Florencio Varela, un ex obrero textil, de 94 años, y su esposa, de 91, celebran un nuevo aniversario de una sacrificada vida en común que comenzaron a proyectar en un baile en el Luna Park en agosto de 1943.
La casa de Nicanor y Francisca, en Lomas de Monteverde, en Florencio Varela, hoy estará vestida de esta. Allí, un puñado de invitados compartirán un momento especial en la vida de la pareja nonagenaria que el martes pasado cumplió sus primeros 68 años de casados, tiempo en el cual sus componentes han escrito juntos una historia de amor real .
El aniversario de Nicanor, de 94 años, y su esposa, de 91, cobra valor especial en tiempos en que no es común encontrar matrimonios duraderos y en su caso, con casi siete décadas compartidas en las que también el sacri cio jugó un papel fundamental para consolidar un noviazgo iniciado allá en agosto de 1943, en una velada danzante celebrada en el mítico Luna Park de Buenos Aires.
“Ella era media dura para el vals y no muy católica para el chamamé”, señaló Nicanor a HISTORIAS DE VIDA, lo que dio lugar a la répli- Nicanor Fernández ca serena y tierna de Francisca, que aclaró que su condición de mujer del interior la hacía más fuerte en los ritmos folklóricos.
En realidad, tanto uno como otro tienen procedencia provinciana ya que el el jefe de familia nació en Villaguay, Entre Ríos, y su esposa en la localidad de Pomar, en Catamarca. La gran ciudad los recibió y lejos de los achaques actuales impuestos por la artrosis, el juvenil Nicanor puso su mirada en morocha bonita vecina del barrio de Parque Chas y a la que había conocido en la casa
de su hermano. “Hoy tengo algunos problemas con la memoria y hay algunas cosas que no recuerdo bien, pero fue así. Nos pusimos de novios y a los pocos meses nos casamos en una iglesia del barrio de Chacarita”, acotó Francisca
Nido de amor
La fecha elegida fue el 15 de mayo de 1944 y una pieza con una pequeña cocina que alquilaron en el pasaje China, casi esquina Triunvirato, fue el primer nido de amor en que recalaron tras haber respondido a rmativamente a la pregunta formulada por el sacerdote sobre si Nicanor Fernández aceptaba por esposa a Francisca Aredes, y viceversa. “Parece mentira que pasaran tantos
años” apuntó Nicanor para quien “porque somos tan grandes, capaz que este aniversario es uno de los últimos”.
Nicanor ya era obrero textil y en esa actividad llegó a ser uno de los impulsores de la organización del gremio. A principios de los años 50, decidió que para poder ser propietario lo mejor era apuntar hacia el Gran Buenos Aires donde compró en Florencio Varela el lote donde levantó la vivienda donde el 10 de diciembre de 1958 la pareja vio nacer a Sandra, la única hija que tuvieron.
Pero levantar la casa no fue fácil. “Yo ya trabajaba en Algodonera varela donde hacía el turno noche. Salía a las 6 de la mañana y me venía para acá, donde me había levantado una casilla con ladrillos apilados”, rememoró Nicanor. Así, mientras Francisca lo esperaba en Capital, Nicanor todas las mañanas.
Diario Popular
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