domingo, 11 de septiembre de 2011

MARÍA ENCARNACIÓN NICOLÁS PRESENTA “COSMOVISIONES”. NUEVAS OBRAS PICTÓRICAS







¿Quién es María Encarnación?

Nació y reside en Florencio Varela, Pcia. de Bs. As., hace 50 años. Abogada y Escribana egresada de la U.N.L.P. Docente Instituto Superior Formación Docente Nº 50 Berazategui. Por una dificultad locomotriz (tumor óseo) tiene dedicación exclusiva para la plástica desde hace seis años. Cursó “Pintura al Óleo” (dictado por Gabriel Miró, en la U.B.A.). Recibió clases personalizadas de Manuel Oliveira.
Participó “in situ” en 24 Encuentros Nacionales de Pintores Paisajistas en distintos puntos del país. Lleva realizadas alrededor de 80 muestras individuales y colectivas en todo el país, recibiendo numerosos premios y elogios de críticos y de medios masivos de comunicación. Entrevistada por Diario “Clarín” el 8 de septiembre de 2010. Ha ilustrado tapas de libros para escritores muy conocidos y es autora de cinco libros, presentados en la 37ª. Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Una de sus obras acaba de ser seleccionada para la Muestra Nacional Bienal del Museo Roverano de Quilmes. La artista cuenta en su haber con aproximadamente 400 obras. Preside desde hace dos años el Círculo Literario Varelense www.clvarelense.com.ar, integrado por alrededor de 80 escritores locales y del resto del conurbano bonaerense sur (Consultar por Internet).







Mi orgullo de ser varelense



Por María Encarnación Nicolás



Florencio Varela es mi lugar, mi punto para existir dentro del espacio sideral. Aquí nací hace cincuenta y un años. Conozco el viento de tus esquinas, y también sus memorias. Amo tus paisajes aún agrestes y rebeldes. Y la sombra de tus plátanos cobijan mis sueños y los de miles de golondrinas tan puntuales como yo. La sinfonía de tus zorzales descubren con alegría cada mañana, y las calandrias en diapasón sostenido, guardan cada día en su crepúsculo. Amo tus escuelas, llenas de azahares perfumados que curiosos, aún encuentran maestros de verdad. Y a esos ombúes tan cargados de prosa poética. Esa que aquél escritor "allá lejos y hace tiempo", colocó en sus veintiocho libros. Y que yo, con gran esfuerzo, trato de extraer cada día, en mi afán de convertirme en una buena escritora.

Mi lugar es un vergel de sueños, donde el pan crece para todos y las brisas de sus veranos encantan mis percepciones. Todavía recuerdo tus arroyitos serpenteantes, esos que encandilaban las emociones de mi niñez. Pueblo de trabajadores, de artistas y de sabios. Pueblo de San Juan, con tus trenes, tus sirenas y tus aires sanadores. En los claroscuros tornasolados de tus paisajes quiero siempre soñar, haciendo míos tus contornos y matices, tanto en la tela como en el papel. Yo amo mi lugar, yo amo a mi Pueblo de San Juan. Aquí nací, aquí vivo y aquí he de morir. Y con mi lápiz y mi pincel, seguiré delineando con tu aire y tu luz, mis sueños hasta el final.





SOMBRAS

El viajero ha partido

con los ojos llenos de lágrimas.

Flota de barcas sin sombra,

vacías de marineros.

Al final de la tarde

las rosas se inclinan

y caen en la muerte.

Mi pincel tirado en el suelo

gotea su obra maestra.

Cuadro acabado sin comenzar.

Tiempo fuera de su espacio.

La fragancia a pintura

cubre mi piel.

Me caigo al suelo.

Mi obra maestra

ya está concluida.

Mis pétalos se han perdido

en el charco.

Paisajes que parpadean

en mi luz.

Violín solitario de amor.

Faro que embellece

la noche de los mares.

Me senté a orillas del río

hasta que oscureció

y comenzó la llovizna.

Lloré en un grito silencioso.

Es mi tristeza que dura un día.

Del Poemario "Avatares del Alma”

de María Encarnación Nicolás







Presenta “Cosmovisiones”



Se trata de 30 obras pictóricas, producidas entre el año 2010 y el 2011. En dos medidas: 114 x 154 cms. y 70 x 90 cms. Están realizadas en técnica mixta y son de corte abstracto-metafísico.

La autora explica el sentido de sus nuevos trabajos a través del siguiente relato:



GAVIOTA CREADORA

La voz del tiempo hablaba a través de esa luz, la que sólo se podía ver manteniendo los ojos bien cerrados. Esa que tan brillante resplandeció para despertarlo al borde del abismo, haciéndole escuchar antes de caer, la enigmáti-ca música proveniente de su fondo.

El hombre esculpe su imagen sobre la piedra, pensando que así ha de perdurar, pero la muerte lo sorprende en el momento menos esperado, quedándose sus manos vacías, porque la piedra es rebelde. Mucho más fácil sería tomar una rosa. Ésta es dócil con su temor, fragancia y frágil vivir. Pero el hombre escapa a la intemperie, y con toda su arrogancia se hunde en la tierra, mientras el viento arroja todos los pétalos, pero él ya no puede escuchar.

De entre las escaramuzas cósmicas, podemos encontrar las respuestas en las aguas y en los cielos. Son terribles fuerzas centrífugas y centrípetas que convocan a los guerreros más fuertes. Y el fuego de sus miradas guarda las cicatrices del tiempo.

Sobre la tierra el hombre elabora paradigmas equivocados que encierra concéntricamente sobre él.

El pájaro se zambulle en el mar y rescata un espíritu dormido.

La mujer creadora vive en el mar. Los pájaros espíritus vuelan atravesando el tiempo. Ahora es el tiempo de los sueños. El agua y el fuego luchan y una nueva historia se forja en el mundo. Surge un mundo dentro de otro mundo. Y un nuevo sol nos acompaña. El hombre del relámpago ya no es el responsable de la tormenta y la serpiente se cuelga del arco iris, porque no quiere oír llorar al niño. El río se desprende de la roca y en su ceremonia secreta nutre a las fuerzas místicas.

Y en el encuentro salvaje de los astros se juntan la orilla del mar y la luna. La canción del Universo refulge con gran intensidad y se sobrecogen los espíritus. La espuma son caricias y las olas hacen más feliz su travesía.

El arte se nutre en la inspiración y ésta es libre. Sólo una experiencia extrasensorial. Una atracción primigenia viviendo junto al mar. Cuando la marea toca la luna, mi espíritu se expande. El agua nos calma, nos lleva a nuestro centro. Ella contiene todos los porqués. Forma nuestro cuerpo, nuestra esencia, nos arrastra a nuestro núcleo. Sí, el sonido del agua cayendo siempre es lo más relajante. Pero sin escamas, sin plumas y tan desnudos . . . sólo podemos vivir en la orilla.

El agua es sanadora, son lágrimas de los dioses. El agua es la mayor fuerza creadora. La canción del Universo surge de una profunda garganta, pariendo el mundo a través de las más duras rocas. Pariendo con dolor, pero el miedo la hace callar cuando las manos se juntan y el ángel no nos abandona. Las trompetas del silencio son las barcas de paz que logran hacerme dormir. Cuando conozca tu alma yo podré pintar tus ojos.

Todo fluye, todo cambia. El pájaro muere contra las rocas durante la tempestad. La nieve cubre las flores y una mariposa herida aún aletea bajo el hielo. Todo es maravilloso porque todos quieren vivir.

La muerte no es un final. Sólo es un puerto hacia otra historia que acaba de arrancar. Ésta dormía bajo la roca, atisbando en silencio su momento.

Ahora tu sonrisa se dibuja en mi plato, y bajo mi vestido azul se oculta un niño, que será tu hijo. Y mi parca sonrisa clama tu presencia para que una sangre nueva circule por mis venas. Pero la rosa se quedó atrapada en sus raíces. Veo tu tristeza en mi plato y tus lágrimas mojan la almohada. El niño aún duerme bajo mi vestido azul. Fue sólo un sueño que la realidad no pudo parir . Y tras la ventana, el viejo y el niño van de la mano surcando la nieve. Conmemoración cósmica de la vida hacia el más allá, cantando la misma canción que entona el Universo. Y mis anhelos fluyen sobre la inmensidad del mar . . . Son recuerdos cósmicos que renacen cada vez que pienso en ti, marinero de los cielos que, atrapado, riegas los jardines del sol. La muerte no es el final. Es el comienzo de una nueva historia, juego subversivo que sólo el Infinito sabe hacer. Mujer creadora, gaviota solitaria sobre la pleamar, que extiende sus alas hacia la Eternidad.

María Encarnación Nicolás

Pasaje de su Libro

“El Mar, el Viento y los Hombres Perdidos”

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