domingo, 18 de septiembre de 2011

PREOCUPACION EN EL CRUCE: RETORNARON LAS PICADAS DE AUTOS


 Como si fuera un ritual que retorna periódicamente, apenas los meses se tornan un poco más propicios con el clima reinante, al empezar a desaparecer los fríos invernales y a poco de comenzar la primavera, volvieron a recrudecer las picadas de autos en la zona del Cruce Varela.




Ello ha motivado, otra vez, las lógicas protestas de los vecinos afincados en ese sector varelense, en especial de aquellos que viven en las inmediaciones de la transitada ruta provincial Nº 36.

Según denunciaron los vecinos a LA COLMENA, «las picadas se hacen cerca de la medianoche, cuando parece que decae la vigilancia o el accionar de los móviles policiales».

Acosaron que esas picadas de autos, algunos de ellos con sus motores preparados especialmente, se realizan «con mucho en juego» sobre la ruta 36 entre el sector del distribuidor vial, o desde Yrigoyen ò 7 (lado Berazategui) hasta las cercanías de algún boliche bailable.

Se hacen se indicó, con dirección hacia el sur o La Plata. Aunque muchos de los intrépidos volantes en sus alocadas carreras «doblan antes» o a poco de llegar

hasta Senzabello.

Con el rugir de esos preparados motores, el ruido que producen esos bólidos alteran las placenteras noches de descanso de numerosos vecinos, que, obviamente, no pueden conciliar el sueño y en vez de descansar viven con» los nervios alterados», dijeron.

En esta oportunidad, donde los rodados corren por suculentas apuestas como premio, todavía no hay espectadores de privilegio como sucedía años atrás, cuando una multitud de jóvenes y adolescentes se agolpaban a la vera de la ruta 36 o miraban «desde los puentes» del distribuidor vial, tanto alentando a los gritos o cruzando apuestas sobre tal o cual rodado que interviene en las picadas, en pos del triunfo. Inclusive, además de vecinos varelenses, a la cita «fierrera» concurren conductores de otros distritos aledaños con sus coches preparados y escapes libres que aturden al ya cansado vecindario. Todo esto ocurre ante la pasividad de los efectivos policiales encargados de controlar la velocidad que se desarrolla en la transitada ruta (se excederían los 180 kilómetros horarios en las picadas) o mas cuando hay poderosas razones(¿billetes con la cara del Roca? o verdes estadounidenses) de por medio. Y todo ocurre, según los vecinos, sin aludir a la permanente peligrosidad que esas carreras cortas de velocidad representan, ante la posibilidad de que ocurra algún accidente que puede culminar trágicamente.

Los vecinos reclaman una mayor prevención y control policial en ese sector del Cruce.

«Antes de que sea tarde», manifestaron varios de los vecinos y «no tengamos que sufrir alguna posible muerte que nadie desea».

Semanario LA COLMENA

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