Paradojas futbolísticas las que se vieron en Florencio Varela. Defensa y Justicia lo acorraló durante más de setenta minutos a Patronato y sin embargo el gol del empate final (1 a 1) llegó por una pelota parada. Porque careció de profundidad y extrañó mucho a Piriz Alvez -goleador junto a Cavenaghi con 15 tantos-, quien no jugó por un corte sobre su ojo derecho.
Y porque el conjunto entrerriano se replegaba en veinte metros y apostaba a lastimar con una contra. De hecho así abrió el marcador, aunque contó con el factor suerte. Tras un pelotazo desde atrás del mediocampo, Quiroga enganchó ante la marca de Lazzaroni y despachó un zurdazo bajo que picó mal y, tras una extraña parábola, se le metió por arriba a Bossio (debutó en el equipo). Con poco, el visitante se llevaba mucho. Pero Bastianini se hizo expulsar (codazo a Aguilar) cuando el equipo empezaba a disputar más la pelota y jugar lejos de Bértoli.
En superioridad numérica, el Halcón lo buscó por todos lados y consiguió el penal (mano de Boggino, que ya estaba amonestado) para igualar el marcador. Desde allí hasta el final no hubo demasiado. El local cayó preso de su nerviosismo y a Patronato el empate lo conformó sabiendo que venía de tres derrotasen fila como visitante. “En el primer tiempo tuvimos situaciones y ellos encontraron un gol que nos complicó. Buscamos sin profundidad y por eso no nos alcanzó. No nos vamos con bronca pero sabemos que merecimos más”, sostuvo Ricardo Rodríguez, DT de Defensa. Tenía razón.
CLARIN.COM
lunes, 20 de febrero de 2012
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