Fue un final de película, como si Alcón se hubiera metido en la piel de su homófona ave que mota a todo lo que se relacione con Defensa y Justicia. Fue la remake, la segunda parte de aquél apoteótico 3 de junio de 2006 para todo el pueblo de Florencio Varela. Esta vez el villano derrotado no fue el Deportivo Morón ni tampoco Ezequiel Miralles fue el superhéroe, la gloria fue para un hombre de la casa, Emiliano Romero quien de la galera condujo a la salvación al team del “negro” Ricardo Rodríguez.
Luz, cámara, acción. El techo gris prometiendo agua cubría la totalidad del “Tito” Tomaghello que se iba colmando de a poco bajo un sólo cántico relacionado con la promoción y el destino algo vulgar a donde querían mandarla. Por el otro lado, el cuco más grande de todos los cucos: Rosario Central. Ese era el rival a vencer para después pegarse a la spika, a la siete mares, al minicomponente, a la radio por internet esperando noticias alentadoras de Isidro Casanova. Pero para que el desenlace sea brillante lo primero que tenía que hacer Defensa y Justicia era ganar. Menuda tarea…
Y no sólo menuda sino también complicada, difícil, ruda, ardua, laboriosa y todos los calificativos que puedan prestarse a la negación de una posibilidad remota pero posibilidad al fin. Todo este prólogo para explicar que en el primer tiempo tanto el Halcón como los Canallas se fueron a los vestuarios 0 a 0, sumidos en la desazón de saber que si en 45 minutos el asunto no cambiaba había que pensar en la maldita promoción.
La trama pasó de romántica a drama en un instante, cuando a diez minutos del final Sergio Rodríguez venció de cabeza a Martín Perafán para poner en ventaja a los dirigidos por Fernando Lanzidei. El sueño se desmoronó casi por completo sabiendo que en 600 segundos el Halcón tenía que meter dos goles, que Rosario Central no hiciera ninguno más y que además en Isidro Casanova la Fragata se ponga en ventaja ante el Santo tucumano. Y en pleno nudo de la historia y nudo de la garganta, llegó el suspenso: penal para el local. A los 36 minutos Emiliano Romero pudo vencer al “Fatu” Broun y emparejar la historia.
Finalmente esta película que parecía ser una más de industria nacional se ganó todos los boletos para competir por el Oscar. Minuto 43 en Florencio Varela y el delirio de toda la gente festejando el gol de Almirante Brown que bajaba de un hondazo a San Martín. Al toque, córner para los de Ricardo Rodríguez. Y subieron todos… y Gagliardo volvió al arco y Miralles se quedó parado frente a la pelota. Las imágenes de cinco años atrás se mezclaban con el presente. Y vino la pelota en elevación nomás para que despeje el fondo Canalla al mismo tiempo que brazos en jarra el ex volante de Racing y del Colo Colo esperaba la orden de Federico Beligoy. Tan sólo un lustro atrás se había dado algo similar en el mismo recinto, algo milagroso que parecía imposible de volver a verse pero se vio.
El rechazo del córner cayó en los pies de Emiliano Romero quien remató secó al mismo palo que pateó aquella tarde gris, Ezequiel Miralles. La pelota besó la red y el delirio se desató en las dos cabeceras y la platea del Halcón. A todo esto, mientras pasaban los créditos, Defensa y Justicia se aseguraba un año más en la segunda división.
Vermouth Deportivo
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