Su mejor amigo ya lo es, es que hace cinco años Ezequiel Miralles le convertía un gol histórico a Morón y así se transformaba en mito. Ahora le tocó a Romero que, siendo capitán y emblema, se recibió de ídolo.
"La verdad no lo puedo creer, volvió a pasar algo parecido a lo de Morón y me tocó a mí en el último minuto. Me acuerdo de mis viejos, de mi señora y de mi bebé", señaló Romero.
Y agregó: "jugamos un muy buen partido, le llegamos a Central por todos lados, y parecía que no quería entrar. Por suerte metimos el penal y después el gol del final para dar vuelta el partido. Pensé que se nos escapaba, pero por suerte hoy estamos festejando".
Defensa al Día
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