Este año la experiencia no comenzó con los alumnos de las escuelas sino con el taller de chicos especiales, quienes trabajaron con psicólogas, padres y miembros del equipo educativo para aprender acerca de las normas de tránsito.
La experiencia se realizó en el cruce de Hudson y Río Traful, donde los chicos se convirtieron en pequeños inspectores de tránsito, y con sus chaquetas identificatorias y el talonario en mano de la “Boleta de la Vergüenza” hicieron ver a los vecinos qué falta cometieron.
Vale destacar que la idea de comenzar a trabajar con chicos especiales fue de un grupo de psicólogas que vieron en el programa municipal una posibilidad de realizar una verdadera integración.
La Boleta que lleva 15 años
La iniciativa implementada por la gestión del Intendente Julio Pereyra, permite que los niños de cuarto año de las Escuelas Primarias, junto a personal de coordinación vial, ayuden a prevenir accidentes de tránsito y fortalecer valores éticos, tales como el respeto por el otro y las normativas viales.
El objetivo es que los alumnos lleven a cabo una experiencia real en la vía pública en la que se conviertan en “agentes de tránsito” para dialogar y aconsejar, a través de la confección de la Boleta de la Vergüenza, tanto a peatones como automovilistas.
De esa manera, se espera concientizar a niños y adultos acerca del valor de la vida, su protección y cuidado en la vía pública.
Vale recordar que la iniciativa se encuentra en el marco de los Proyectos de Funciones Esenciales y Programas de Salud Pública-Municipios Saludables, ejecutado por el Ministerio de Salud de la Nación.
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