Dicen que en Varela existe el arco de los milagros. Hay que remontarse cinco años atrás para entender el mito. Corría el año 2006, previo al Mundial de Alemania, y Defensa le ganaba en el último minuto a San Martín de San Juan, enviando así a El Porvenir al descenso y ganándose el derecho de disputar la promoción contra Morón.
Y fue justamente en el mismo arco, que Ezequiel Miralles en tiempo de descuento produjo el milagro. Defensa empataba con el Gallito 3 a 3, luego de ir perdiendo 3 a 1, y así pudo mantener la categoría.
Mucha agua pasó bajo el puente desde aquel entonces a ésta parte, sin embargo ayer se repitió la película.
Con diferentes actores y otras instancias, en aquel momento era para evitar el descenso directo y en este caso para salir de la promoción, pero el final fue el mismo, la alegría y emoción volvieron a encontrarse con el hincha Halcón.
Defensa tenía que ganarle a Central y esperar que San Martín de Tucumán pierda en Isidro Casanova, ese era el único resultado que dejaba a los Tucumanos en promoción y a Defensa pensando en la próxima temporada de la B Nacional.
No era tarea sencilla, porque no dependía del equipo varelense. El primer objetivo era ganarle a Central, es que si Defensa no lo hacía iba directamente a disputar dos encuentros ante Defensores de Belgrano, ganador del reducido de la B Metropolitana.
El partido ante los rosarinos fue duro, sin embargo fueron los de Ricardo Rodríguez quienes siempre buscaron el arco de enfrente.
Por momentos con juego colectivo e ideas claras, y por otros sólo con empuje, lo cierto es que Defensa fue quien tomó el centro del rin, desde el minuto cero.
Pero a poco del final, quien golpeó primero fue la visita. Sergio Rodríguez ponía de cabeza el 1 a 0 y con él estallaba el llanto del hincha de Defensa.
Un minuto después, Emiliano Romero de penal ponía la igualdad. Al instante se escuchó un grito de gol en la tribuna, que nada tenía que ver con el tanto de Romero, es que Almirante le ganaba a San Martín y un gol de Defensa lo salvaba de todo.
Y nuevamente fue Romero quien se hizo cargo del equipo, y tras un rebote dentro del área, desató la locura.
Era el 2 a 1 final y festejo merecido para un grupo de jugadores que no tuvieron una buena temporada, pero que demostraron tener jerarquía para aparecer en los momentos críticos.
Ahora habrá que aprender de los errores, porque la tercera puede ser la vencida.
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GUIDO CICHELLO
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