En un clásico a medias , el conjunto local fue superior de principio a fin. Y en apenas dos semanas ya logró imponerse ante dos rivales de peso en la categoría: hace 14 días, también como local, venció 2 a 0 a Almirante Brown, y ayer repitió con un 2 a 1 ante Quilmes. Además, el partido tuvo un condimento extra: un duelo de estilos entre dos técnicos que pregonan formas totalmente distintas con respecto a gustos futbolísticos. Por esa razón, Defensa y Justicia, fiel a su compromiso con el buen pie, se vio obligado desde el inicio a adelantarse en el campo de juego, ante un férreo esquema de los visitantes, bien a tono con la idea que propone habitualmente Caruso Lombardi. Precisamente, el ambiente no era el mejor en Quilmes tras la derrota de la semana pasada como local ante Desamparados, donde Caruso discutió con un plateísta en medio del partido, y donde luego, en vestuarios, los jugadores tuvieron que sufrir los reproches y la violencia de los inadaptados de siempre.
Pero el Cervecero parece que aún no logra despertar, y por eso Defensa aprovechó para desplegar su fútbol vistoso y efectivo y llevarse tres puntos que lo van acercando, de a poco, al pelotón de los que en lo que resta de la temporada, pelearán por objetivos importantes. ¿Los goles? Había empezado ganando Quilmes sin merecerlo con un tanto de Corvalán a los 16 de la primera parte, pero instantes después apareció el goleador interminable, Píriz Alvez, para colocar el empate transitorio de cabeza. Al minuto del complemento, otra vez el uruguayo, esta vez con un derechazo de media distancia, le puso justicia al marcador. Así, Defensa ganó, no solo porque lo sintió y lo disputó como un clásico, sino porque además se propuso jugar.
clarin.com
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