jueves, 24 de marzo de 2016

Rebelión de intendentes por una cuestión de peso


Rebelión de intendentes por una cuestión de peso

Los voceros macristas más optimistas definen la movida como una “rebelión” de intendentes del actual oficialismo. Pero una rebelión, se aclara, no contra el gobierno federal o el provincial sino contra sus pares del justicialismo/ Frente para la Victoria, que dominaron la lógica municipalista por mucho más de una década.

Se trata de la puesta en marcha de un Foro de Intendentes de Cambiemos, con embrión en suelo bonaerense pero que aspira a una proyección nacional. Algunos pocos protagonistas se animan a decir sin vueltas que su objetivo de máxima es quedarse con la conducción de la Federación Argentina de Municipios, una entidad pública sin fines de lucro creada por ley (la Nº 24.807) y facultada para representar a todas las comunas del país que quieran asociarse.
Este último punto, el de la representatividad real, es lo que cuestionan los alcaldes de Cambiemos: sienten que la FAM quedó reducida a un ámbito exclusivamente peronista y en una herramienta que le ha servido a los intendentes del PJ para posicionarse en la interna propia. En especial, explican, en la provincia de Buenos Aires, que vivió 28 años de gobiernos de ese color político. Las críticas son negadas en la Federación, donde se asegura que el trabajo no distingue banderías.
La Federación es presidida hace años por el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra. Y su filial bonaerense por el de Ituzaingó, Alberto Descalzo, quien supo esquivar cuestionamientos en los largos años en que el mapa provincial –y el del Conurbano en especial- arrojaba hegemonía justicialista en las comunas. Pero eso cambió en octubre pasado: en 58 municipios hay intendentes que se enrolan en algunas de las líneas del PJ y en unos 65 gobiernan hombres y mujeres de Cambiemos o aliados.
Dentro de la FAM existe un Bloque Federal de Intendentes Justicialistas que hace pocos días ratificó sus autoridades: lo preside el entrerriano Enrique Cresto (Concordia). Allí se expresó, como mensaje público, un llamado a trabajar con los colegas de todos los partidos. Puertas adentro, claro, se analizó el inminente avance en posiciones internas de los actores del oficialismo. A priori, no parece factible que los peronistas resignen espacios sin ofrecer resistencia.
Dato no menor: en términos nacionales, Córdoba exhibe gran cantidad de intendentes de Cambiemos y llegaría a cualquier eventual discusión con cierta “banca de arriba”. Es que ese distrito fue clave para hacer triunfar a Mauricio Macri en las pasadas elecciones presidenciales.
Ese peso político de los cordobeses también debería preocupar al menos un poco a los intendentes bonaerenses de Cambiemos y acaso sea un factor limitante de sus ansias de expansión fronteras afuera de la provincia.
El primer encuentro, si se quiere, fundacional del Foro de alcaldes de Cambiemos fue en la localidad bonaerense de San Cayetano, como ya informó este diario. Hubo sólo presencia provincial porque en Buenos Aires se enfocará la primera parte de “la pelea”. El lanzamiento oficial será en La Plata con la eventual presencia de María Eugenia Vidal, en lo que será leído como un apoyo inequívoco a la movida.
Más allá de la supremacía numérica que tienen ahora los intendentes de Cambiemos en la Provincia, los operadores políticos del macrismo también perciben –y actúan en consecuencia- el actual momento de disgregación que vive el peronismo bonaerense luego de la derrota. Y en especial la tropa de intendentes, quienes no responden a un jefe indiscutido a nivel nacional y además ya no tienen gobernador propio.
Si antes eran un bloque, digamos, homogéneo hoy parecen divididos en sectores: los muy kirchneristas planteando una oposición dura a Vidal y los más dialoguistas, muchos de ellos estrenando gestión, que se han mostrado cercanos al palacio de calle 6 y hasta han dado una mano. Entre estos últimos podrían anotarse los que responden a Sergio Massa y que no regresaron formalmente a su partido de origen.
Lo dicho: el oficialismo parece decidido a explotar esas grietas a su favor. Todos los intendentes, peronistas y macristas, necesitan obras para hacer despegar sus gestiones en una provincia que vio seriamente limitada esa posibilidad en los últimos años. Funcionarios de Vidal reciben a unos y otros para abordar este tema y, claro, negociar apoyos para la ley de Emergencia en Infraestructura que se trata en la Legislatura. El último encuentro fue ayer mismo, con el titular del área, Edgardo Cenzón, entre otros.
Pero, se admite en Cambiemos, la discusión política por crear un núcleo de intendentes afines a la Gobernación, que trabaje con cierta cohesión, también se da intramuros. Porque hay jefes comunales que son “PRO puros” y otros que son del radicalismo, un partido que arrastra cierto descontento por la cuota de poder real que le concedió la gobernadora.
Los amarillos vienen envalentonados: pasaron de tener un solo jefe comunal en toda la Provincia (Jorge Macri, de Vicente López), a desperdigar nombres por todo el conurbano, incluyo ganando batallas casi épicas contra el PJ; los radicales, en tanto, ponen sobre la mesa su presencia territorial en el interior. La armonía interna aparece como un paso inevitable antes de dar batallas mucho más ambiciosas.

diariodemocracia.com

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