miércoles, 7 de junio de 2017

¿Cómo afecta el ajuste a los jóvenes del Conurbano?



El 25% de la población del conurbano bonaerense tiene entre 17 y 31 años de edad. Según el último censo de población, el 15% vive en hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas



El 25% de la población del conurbano bonaerense tiene entre 17 y 31 años de edad. Según el último censo de población, el 15% vive en hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), mientras que para la población general el porcentaje es solo el 12%. Si consideramos solamente al segmento de edad más joven, que comprende las edades entre 17 y 24 años, la proporción de jóvenes en hogares con NBI asciende al 16%.

Los promedios estadísticos, pueden ocultar la realidad particular que afecta el día a día y las particularidades del territorio. El análisis por municipios arroja grandes diferencias en relación las diversas localidades, ya que mientras en localidades "ricas" como Vicente López o Morón el porcentaje de jóvenes de hasta 24 años viviendo en hogares con NBI supera el 7%, en otras como Florencio Varela este porcentaje llega al 24%.



En cuestión del desempleo juvenil los números son claros: golpea muy duro a un segmento etario que aun en contextos de mayor prosperidad, sufre dificultades para incorporarse al mercado laboral. Entre el segundo trimestre de 2015 y el cuarto trimestre de 2016, el desempleo se incrementó de 18.93% a 24.06%.

Esta comparación se realiza sin considerar la estacionalidad, ya que en el cuarto trimestre históricamente la desocupación disminuye para volver a aumentar a principio de año. Si comparáramos con el segundo trimestre de 2016, el salto arrojaría un incremento de un 8%.

Aunque los datos del 2017 no se encuentran aún disponibles, pero los 200.000 jóvenes que viajaron de todo el país e hicieron cuadras interminables de cola en la feria Expo Empleo Joven, -una feria organizada por el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- con la expectativa de encontrar una oportunidad laboral constituyen una demostración de la magnitud del problema.

La pobreza y el desempleo en los jóvenes no es una particularidad de Argentina, ni mucho menos del Conurbano Bonaerense. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo indica que en América Latina el desempleo juvenil triplica el de la población general.

En países como Estados Unidos o hasta Finlandia trepa hasta el 17%. El desempleo juvenil está relacionado a la falta de capacitación y de contactos, razón por la cual es muy relevante la escolarización de los jóvenes tanto en la culminación de la Escuela Media, como la Universitaria. La posibilidad de ampliar su círculo de relaciones y capacitarse -aun si no logran acceder al título- genera mayores y mejores oportunidades laborales.

En esta línea, la gestión kirchnerista había ampliado los programas dirigidos a la juventud cuantitativa y cualitativamente, con foco en el incentivo y sostenimiento de la escolarización. Entre las principales políticas dirigidas y que incluyen a la juventud se pueden indicar el Plan Progresar, la creación de 17 nuevas Universidades en localidades del interior y el conurbano; y la política de becas de ayuda económica y estímulo a alumnos Universitarios. Como resultado, no sólo se incrementó significativamente la cantidad de jóvenes de entre 18 y 25 años escolarizados, sino que aumentó el porcentaje de los mismos con dedicación full time.



Desde que el gobierno de la Alianza Cambiemos asumió, los guarismos de empleo empeoraron, y especialmente para la población juvenil. Pero como contrapartida el gobierno impulso una serie de cambios muy significativos, cambiando el eje del problema y enfocándose en el empleo. Se han acentuado los programas de inserción laboral bajo condiciones de precarización, en detrimento de los programas que incentivaban la formación universitaria y profesional.  En julio de 2016, al finalizar el primer cuatrimestre universitario, ANSES deliberadamente deja de brindar información sobre el programa PROGRESAR. En este contexto, varias universidades (cuyo rol era la coordinación entre los beneficiarios y el ANSES) comenzaron denunciar la baja arbitraria de alumnos que cumplían con los requisitos académicos para continuar siendo comprendidos en el programa. En particular, desde algunas universidades como la UNLP o la UNLA se informó que al menos el 50% de los beneficiarios fueron dados de baja sin motivo aparente. Por otro lado, se comienzan a enfatizar en el diseño de programas que puedan reducir el costo laboral de contratar jóvenes en empresas, como el programa Primer Empleo o el Programa de incisión laboral, que tiene como finalidad empalmar los planes sociales existentes con una relación de dependencia o contratación otorgando un subsidio a las empresas que contraten a estos trabajadores. Todos ejemplos de la planificación de políticas laborales que ponen el foco sobre la flexibilización de la mano de obra para aumentar la demanda del empleo.

diagonales.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario