martes, 19 de enero de 2016

Los intendentes ahora discuten el poder en el peronismo bonaerense

Los jefes comunales ganaron espacio frente al titular del bloque del FpV, José Ottavis, tras la sanción del Presupuesto


El peronismo bonaerense ya instaló la base del poder partidario en sus intendentes y condiciona fuertemente la representación política que Cristina Fernández proyectó en la Legislatura. Ambas, parlamento y municipios, definen la tensión en el PJ provincial.



El jueves a la noche, en el tratamiento del Presupuesto, cuando 20 de los 36 diputados del FpV decidieron la rebelión contra el presidente del bloque, José Ottavis (“La Cámpora”), constituían el nuevo formato partidario desprovisto de incondicionalidades con la ex presidente. La veintena de legisladores terminaron apoyando el proyecto de Endeudamiento requerido por María Eugenia Vidal, pero es apenas un episodio institucional.


El saldo que cuenta para la interna del PJ es el quiebre en Diputados, forzado por los jefes comunales que asumieron la intermediación con el Gobierno en las negociaciones.


El soporte de esa intermediación es territorial. Son casi la totalidad de los 55 alcaldes peronistas del Gran Buenos e Interior. Remiten al antiquísimo concepto de “trasvasamiento generacional” que Fernando Gray (Esteban Echeverría) o Mariano Cascallares (Almirante Brown) prefieren definir como “nuevas formas de concepción política”. Con Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Gabriel Katopodis (San Martín), entre otros, componen este armado incipiente y de suficiente ambigüedad para no espantar adeptos.


Sería superador de la estructura tradicional representada por Julio Pereyra (Florencio Varela) y Alberto Descalzo (Ituzaingó). También de Fernando Espinoza, presidente del Consejo del PJ y ex alcalde de La Matanza. De hecho, su sucesora Verónica Magario no integró la comisión mixta que formaron los intendente para negociar con el gobierno provincial.


Queda otro grupo animado por Patricio Mussi (intendente de Berazategui). Es una legión cristinista en busca de timón, después del fracaso electoral.
Como se sabe, hasta en dispersión de tropa existe estrategia. En el Senado provincial ya funciona un bloque PJ escindido del FpV.


El jueves, Ottavis liquidó su representatividad. La ruptura es un riesgo velado hasta las sesiones ordinarias. Corresponde a un sismo más profundo del peronismo en todo el país. En un mes habría un intento de reacomodamiento en el bloque del FpV de Diputados en el Congreso Nacional, por iniciativa de algunos gobernadores. Juan Manuel Urtubey (Salta) es el más visible. Forzarían a un cambio en el “oposicionismo” de La Cámpora y sectores aliados por una actitud “racional” en el control de los actos de gobierno. Podría provocar el quiebre o desplazamiento del presidente del bloque, Héctor Recalde.


Hay 22 diputados de los 98 FpV, en el conteo de los levantiscos, que estarían de acuerdo en el planteo.


Más fácil la tiene el responsable del bloque partidario del Senado, Miguel Pichetto, quien apoyó la decisión de la vicepresidente de la Nación, Gabriela Michetti, de revisar contratos en el ese cuerpo legislativo.

clarin.com

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