miércoles, 13 de febrero de 2013

MIERCILES DE CENIZAS: "EL AYUNO QUE SALVA"



“Déjense reconciliar con Dios!. . . Este es el momento favorable, es el día de la salvación”.
(2° lectura) “Conviértanse y crean en el Evangelio” (Mc.1,15) Lectura del día.

Con estas directivas la comunidad cristiana es convocada para poder recibir la acción misericordiosa de Dios y experimentar el regreso a Él. Con el rito de imposición de la ceniza, de milenaria tradición en nuestra Iglesia, que puede ser considerada como una especie de inscripción al catecumenado cuaresmal. Un gesto de ingreso al estado de penitencia.


En los textos de la liturgia de hoy tenemos los puntos claves para lograr ese encuentro tan ansiado con Dios: Oración – Ayuno y Caridad.

Oración, es como el termómetro de nuestra relación con Dios. El Ayuno dice relación con uno mismo y la Caridad nos da la medida de cuánto nos preocupamos del prójimo.



SI NO CAMBIA EL CORAZÓN NO CAMBIA NADA

En una sociedad que pone su acento en el bienestar, en la saciedad, en lo superfluo; hablar de solidaridad, austeridad, abstinencia de comida o de dejar de lado los vicios, es algo anacrónico, y los hombres se tornan insensibles a la invitación de Dios de volver a Él teniendo en cuenta a los hermanos.

Para el cristiano no sólo el ayuno, sino también la abstinencia de comida o cualquier otra cosa apetecible, que lo lleva a declararlo como lo único necesario y termina en una constante insatisfacción, y a considerarse a sí mismo como valor supremo.

La noción que tiene la Iglesia sobre el ayuno y la fe y esperanza en el Señor Jesús, hace que la actitud del hombre actual no se torne una autoglorificación.

La propuesta es también realizar éste camino cuaresmal de preparación a la Pascua, por amor. Y lo que nos puede alejar de la hipocresía es realizarlo en secreto y con alegría.

La oración, el ayuno y la caridad tiene que llevarnos al arrepentimiento, a la conversión y al cambio de vida. De este modo estaremos dando respuesta a una Fe verdadera como este año nos convoca su Santidad el Papa Benedicto XVI.

p. Héctor Oscar Farias

No hay comentarios:

Publicar un comentario