viernes, 30 de enero de 2015

Los destacados varelenses



Salvador Sallares

Salvador Ramón Sallarés nació el 30 de julio de 1883 en La Paz, Provincia de Entre Ríos, al terminar sus estudios en los pagos de Urquiza se mudó a la ciudad de Buenos Aires y cursó en la escuela San José, más tarde egresó de esa escuela y obtuvo su título de medicina en la facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Poco después de recibirse de médico, Amador Villa Abrialle lo trajo a Florencio Varela, lugar en donde viviría por el resto de su vida.




En Florencio Varela se destacó por ser un doctor desconsiderado por el dinero, solidario y sin horarios para sus pacientes, también por atenderlos incluso cuando había lluvias. Sallarés también ejerció una vida política activa. Se sumó al dogma político de la Unión Cívica Radical, de la rama yrigoyenista.

En su ciudad en que lo vio desarrollando sus tareas de medicina, hay una calle con su nombre, también hay dos escuelas: una está ubicada en la intersección de las calles A. del Valle y España, esta última calle tuvo hasta mediados de 2010 la característica de no ser de pavimento, si no de conservar el adoquinado de aquellos tiempos, en los que en algún momento circularon carretas y hasta tranvías. La otra institución educativa es la escuela n.º 307. También hay un hogar de ancianos que lleva su nombre.

Silvio Dessy

Silvio Dessy nació el 31 de mayo de 1869 en la localidad de Dego, provincia de Savona, Italia. Estudió medicina en la Universidad de Turín y egresó en el año 1893.

A los veintinueve años el ya recibido doctor Dessy emigró hacia la Ciudad de Buenos Aires en 1898, cuando fue llamado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires para trabajar como subdirector del Instituto Experimental de Higiene de La Plata, residió momentáneamente en el chalé del gobernador de Buenos Aires Carlos Alfredo D'Amico. La subdirección del instituto la ocupó hasta el año 1900, cuando llegó a ser director de la misma hasta el año 1908. En octubre de 1901, empleados de la Dirección General de Salubridad le prepararon un almuerzo en celebración por haber sido nombrado director de aquel establecimiento.

La Facultad de Medicina de Buenos Aires lo contrató en 1902 para que se encargara de construir el laboratorio central del Hospital de Clínicas. Dos años después, en mayo Dessy emprendió un corto viaje a Italia.

Fue uno de los médicos que atendió y consoló a su par italiano, el doctor Nicolás Boccuzzi, en su lecho de muerte.

Creó en Florencio Varela el Instituto Biológico Argentino, aunque el decreto que estableció su fundación se firmó el 7 de enero de 1909, el instituto entró en funciones recién en el año 1911. En este establecimiento el doctor Dessy desarrolló numerosos artículos fármacos, también se produjeron en masa vacunas y sueros,además fue usado para variadas investigaciones biológicas. Posteriormente creó otras instituciones, como el Laboratorio Micrográfico del Hospital Italiano -cuya jefatura máxima ocupó-, en 1948 fundó el Instituto Dr. Silvio Dessy, siendo director del mismo. Brindó cursos de microscopía clínica en la Facultad de Medicina de Buenos Aires.

En su momento el instituto contó con una sede en Buenos Aires, un edificio de diez pisos fue construido exclusivamente a pedido del Doctor e inaugurado en 1927. Aquella construcción de estilo neoveneciano se ubica sobre la Avenida Rivadavia al 1745, frente a la Plaza Congreso.

Para construir el Instituto Biológico Argentino se optó por Florencio Varela ya que esta localidad se encuentra en el medio geográfico entre la ciudad de Buenos Aires y La Plata, también por el bajo valor de la tierra, además, la misma es muy fértil, lo que hacía posible cultivar prácticamente cualquier especie. Precisamente, el instituto tenía plantaciones de especies extrañas y experimentales, como el cultivo de la soja (rara en ese momento), la cual fue utilizada para la elaboración de pan, para la gente que padecía diabetes. También hay un monte muy heterogéneo en árboles y plantas. El instituto estaba equipado con una usina propia.

Una mala administración produjo durante la década de 1940 la quiebra del establecimiento. Cabe destacar que este hecho fue ajeno a Dessy, ya que él era solo se ocupaba de la dirección científica. Se decidió hacer una asociación de accionistas para intentar salvar al Instituto, Dessy designó al doctor Marotta como presidente de esta asociación. Pero Marotta decidió darle una orientación exclusivamente comercial al Instituto. En 1944 el doctor Dessy abandonó el Instituto

Nicolas Boccuzzi

Nicolás Boccuzzi nació el 19 de julio de 1856 en Ruvo di Puglia, provincia de Bari, Italia. Se graduó en la Universidad de Nápoles en medicina el 6 de septiembre de 1882.

Sirvió como médico voluntario en una epidemia de cólera que azotó Nápoles en 1884. Dos años más tarde, su ciudad natal sufrió el mismo infortunio, el doctor Boccuzzi se traslado allí para tratar a los enfermos. Su ciudad lo había aclamado como Concejal de la Municipalidad de Ruvo di Puglia, pero tuvo que dimitir el cargo, ya que sus deberes profesionales se encontraban en Nápoles. Aún residiendo en Italia, desarrollo importantes avances en el trabajos sobre la difteria y la tuberculosis pulmonar.

Realizó su viaje a Argentina en 1885 y fue por primera vez al pueblo de San Juan (actual Florencio Varela) el 5 de septiembre de 1888, justo cuando un ciclón destruyó al poblado de San Juan, el doctor atendía a las víctimas e intentaba darles palabras de consuelo, pese a tener pocos conocimientos de castellano. Fue el primero en exigir la construcción de un centro de salud, hecho que se concretó recién en 1911.

El doctor Boccuzzi agrupo a los inmigrantes italianos en la Sociedad Cosmopolita "La Lira", y formó un grupo musical que interpretaba piezas de Giusepe Verdi a oído, pero con gran fidelidad, el médico italiano era admirador del citado músico. Más tarde "La Lira" se transformó en la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos "La Patriótica", una colectividad que prestaba ayuda a otros inmigrantes italianos con problemas sociales, salubres o económicos.



Las primeras elecciones municipales tuvieron lugar el 27 de noviembre de 1892. Boccuzzi, pese a ser ser italiano y con solo cuatro años de residencia en el pueblo, fue propuesto Consejero Escolar junto a Pedro Bourel, Sotelo Vázquez y Camilo Devincenzi. En 1893 la provincia de Buenos Aires fue intervenida, un Comisionado Municipal suplantó a las autoridades, asumiendo el 28 de agosto Jorge Saavedra, para dejarle el cargo meses después a Pedro Bourel, los concejales Guillermo Davidson y Norberto Novolisio renunciaron, asumiendo aquellos puestos el doctor Nicolás Boccuzzi y Bartolomé Clara. Sin embargo, a los pocos meses Bourel renunció, el mismo Boccuzzi se hizo cargo de la intendencia el 7 de mayo de 1894. En su gestión se sentaron las bases para construir la Plaza y un matadero municipal, cosas que se finalizarían durante la alcaldía del intendente electo Luis Villar en 1899.1 3

Pudo tolerar por algún tiempo un cáncer de pecho, surgido tras haber sido atropellado por un choque en plaza Constitución. En su lecho de muerte, fue atendido y consolado por los más reconocidos médicos de la época, entre ellos otro médico italiano, Silvio Dessy. Perdió su pelea con el cáncer, falleciendo víctima de aquel mal el 22 de julio de 1907.

Guillermo Hudson

Nació en la zona rural ubicada en la actual localidad de Ingeniero Allan, en ese entonces una zona rural del partido de Quilmes (hoy partido de Florencio Varela), el 4 de agosto de 1841.

En estos viajes de observación recogía muestras de diferentes especies animales y tomaba minuciosas notas que luego serían las bases de algunos de sus trabajos, todos ellos escritos en inglés.

Cuando tenía veinticuatro años se contactó por carta -gracias a Germán Burmeister, entonces director del Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires- con los ornitólogos (especialistas en aves) Spencer Fullerton Baird -estadounidense- y Philip Lutley Sclater -secretario de la Zoological Society de Londres- y al poco tiempo comenzó a remitir parte de sus colecciones al Instituto Smithsoniano de Washington: lo enviado sumó un total de más de seiscientas pieles, correspondientes a ciento cuarenta y tres variedades autóctonas que desde allí fueron transferidas a la Zoological Society de Inglaterra. Esta institución registró en sus libros de actas tales envíos durante los años 1868 y 1869. Dos de aquellas especies fueron bautizadas con el nombre de su descubridor: Granioleuca hudsoni y Cnipolegus hudsoni.

Años más tarde, Hudson conocería -también por intermedio de Burmeister- a Francisco Moreno, quien llegaría a ser un gran paleontólogo y geógrafo.

Más allá de estos vínculos, Hudson no tuvo una relación continua con el mundo académico. No fue un científico de formación erudita; su obra se basó, sobre todo, en lo que pudo observar directamente alrededor suyo para extraer luego notables conclusiones.

Tras haber analizado las costumbres de las aves patagónicas en el valle del Río Negro y de los churrinches y golondrinas en Buenos Aires, Hudson se ocupó de otras importantes especies ornitológicas y así nació su trabajo On the pipits of the Argentine Republic, uno de sus últimos trabajos realizados en Argentina. No están claros los motivos por los cuales en 1874, ya muertos sus padres, Hudson se embarcó hacia Inglaterra para no volver a su país natal. Pero la Argentina aparecerá en muchas de sus obras publicadas en Inglaterra.

Considerado por algunos un precursor de la moderna ecología, Hudson ingresó en 1891 a la recién creada Sociedad Protectora de Pájaros, destinada a unificar los esfuerzos realizados anteriormente para combatir la matanza de garzas, aves del paraíso y otras especies, cuyo plumaje se utilizaba para adornar vestidos.

Entre sus trabajos de orden científico pueden enumerarse: Argentine Ornithology, Aves Británicas y El naturalista en el Plata, etc.

Su producción editorial se diversificó en los años siguientes y los temas científicos (naturalismo relativo a Argentina e Inglaterra) se alternarán con los autobiográficos, la ficción y los poemas, todo con gran éxito, colocándolo entre los mejores escritores de su tiempo. Hudson murió en Inglaterra en 1922.. Entre sus obras más importantes pueden nombrarse Allá lejos y hace tiempo, su autobiografía; La tierra purpúrea que Inglaterra perdió, novela cuyo titulo que hace referencia a Uruguay; Días de ocio en la Patagonia, relato de su viaje al valle de Río Negro y La selva maravillosa, su novela más famosa.

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